Stoke City 1 - 0 Liverpool

by - septiembre 10, 2011


Handball!!!!.


Handball! (¡mano!) ha sido probablemente el grito más repetido por la afición red esta tarde mientras contemplaba las evoluciones de un duro y trabado partido en el Britannia Stadium. Los penaltys, el señalado y los que no lo han sido, han sido los protagonistas absolutos de un encuentro que ha visto como el Liverpool cosechaba la primera derrota del campeonato. Una derrota inemerecida, injusta y salpicada del primer escándalo arbitral de la temporada sufrido por los de Kenny Dalglish. La parte positiva del encuentro, la buena predisposición del equipo que jamás perdió la cara al partido y buscó desde el inicio la victoria.

Por Stubbins. (@El_Stubbins)

Visitar Stoke on Trent es siempre sinónimo de ponerse el mono de trabajo y someterse a una lucha constante contra un equipo rocoso y sólido defensivamente como pocos. Un equipo el de Tony Pulis, con todo un mecanismo y concepción del fútbol perfectamente sincronizado. De todos era sabido la dificultad que entrañaba la visita al Britannia Stadium. Pero nadie contaba con la participación de un árbitro que hoy ha tenido una actuación desacertadísima en jugadas clave acontecidas en ambas areas y con un damnificado claro. El Liverpool.

Salian los de Dalglish con una gran movilidad en su juego. Carroll veia el inicio del partido desde la grada y era Kuyt quien ocupaba la punta de ataque alternándose con un bullicioso Luis Suárez. La idea era clara. No ofrecer una referencia estática a una defensa Potter de mucho peso formada por Shawcross y Huth. La idea inicialmente era exitosa y a punto estuvo el propio Suárez de abrir el marcador al no poder llegar al remate de un buen centro de Henderson desde banda derecha que Begovic rechazaba muy defectuosamente.

Pero todo ese buen y esperanzador inicio se vendría al traste cuando en el minuto 20 de partido, Walters caía en el area tras una pugna con Carragher. La repetición de la jugada, deja bien a las claras que el delantero Potter se tira cuando nota que Carragher, en una acción impropia de un jugador de su veteranía y experiencia, rodea con su brazo la cintura del atacante. Con el reglamento en la mano, penalty. ¿Pero cuántas jugadas como esta no se pitan como penalty al cabo de la temporada? Infinidad de ellas. El propio Walters de duro y centrado disparo batía a Reina.


José Enrique asistió a Henderson en lo que fué la más clara oportunidad de los reds de anotar.

El cuadro de Dalglish no se dejó amedrantar por el golpe sufrido y buscaría el área rival con ahinco. Fruto de ese acoso, el Liverpool reclamaría dos penaltys en el area rival. Uno de ellos por clarísima mano del defensor evitando el avance del atacante red. El segundo, en el minuto 36 de juego cuando Skrtel era víctima de un plantillazo de Etherington dentro del área del Stoke cuando el eslovaco disparaba a puerta. Skrtel sufria una traba clarísima antes de impactar al balón, que el árbitro obviaba por completo.

El partido llegaba al descanso. En la reanudación la película seguía siendo la misma que desde el minuto 20 cuando los locales conseguían su gol. Dominio total del Liverpool ante un Stoke que buscaba rentabilizar al máximo el gol obtenido. La mejor y más clara ocasión del Liverpool se produjo en el minuto 61 de partido. Para ser más claros, cabría hablar de quintuple ocasión y todo ello en una sola jugada. El Liverpool conseguía pillar al cuadro de Tony Pullis totalmente descolocado defensivamente y José Enrique enviaba un balón a Jordan Henderson que tenía 30 metros para plantarse totalmente solo ante el meta Begovic. "Hendo" erraba en su intento de batir por bajo al serbio, en el segundo intento disparaba sobre un defensa. Su tercero también lo volvia a repeler un defensor y el posterior rechace lo desperdiciaba Charlie Adam, o mejor dicho, lo desbarataba Begovic en una nueva y decisiva intervención.

Ahí acabaron muchas de las esperanzas del Liverpool de remontar el partido. El equipo sintió psicológicamente mucho esa jugada y su clara indefinición cara a puerta y quién la sufrió fue Jordan Henderson que desconectó por completo del partido, realizando unas acciones posteriores totalmente incomprensibles. El cambio era evidente si Dalglish quería seguir manteniendo opciones de sacar algo positivo del Britannia y daba entrada a Bellamy por Henderson que volvía a vestirse de red cuatro años después de su marcha. También Andy Carroll hacía acto de presencia en el encuentro por Kuyt.


Lucas Leiva libró una auténtica batalla en el centro del campo que no se vió recompensada con ningún punto.

Con el galés en el campo, el Liverpool recobraba la combatividad perdida por su infortunio cara a puerta. El propio galés gozaría de una buena oportunidad al rematar de cabeza al lateral de la red y Downing de disparo con la zurda desde banda cambiada también lo intentaba. Los minutos pasaban y Begovic permanecía con su portal inmaculado.

Ya con el tiempo cumplido una nueva jugada polémica rondaba el area local al impactar un balón servido por Suárez en la mano de Shawcross. La mano era evidente, clara e indiscutible. El árbitro miró para otro lado y Luis Suárez corrió hacia el asistente comiéndoselo a gritos. Las quejas fueron inútiles. El penalty jamás se pitó ante la indignación de los jugadores reds y de Dalglish que reclamaba desde el banco al cuarto árbitro.

No se amedrentaron los nuestros y en el último suspiro, un balón colgado al punto de penalty no era blocado por Begovic al toparse con un compañero propio de manera incomprensible. El balón quedaba muerto en el area y Suárez no acertaba a introducir el balón entre los tres palos, perdiendo así la última oportunidad de conseguir al menos sumar un punto en el casillero.

Stoke City: Begovic, Huth (Wilkinson 64), Shawcross, Upson, Wilson, Pennant, Delap (Palacios 71), Whitehead, Etherington (Jones 68), Walters, Crouch.

Liverpool: Reina, Carragher, Skrtel (Johnson 81), Agger, Jose Enrique, Kuyt (Carroll 67), Adam, Lucas, Henderson (Bellamy 67), Downing, Suarez.

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