La trayectoria del Liverpool F.C. no fue demasiado brillante hasta que llegaron los gloriosos finales de los setenta y comienzos de los ochenta. De hecho, hasta que los reds disputaron su primera final de la entonces denominada Football League Cup, el Liverpool nunca había avanzado en la competición más allá de la quinta ronda (octavos de final).




La primera final del Liverpool en esta competición deparó un enfrentamiento que se convirtió en un clásico de la época, Liverpool contra Nottingham Forest, dos equipos que monopolizarían la Copa de Europa durante 5 temporadas consecutivas (Liverpool 1977, 78, 81 y Nottingham Forest 1979. 80). Y no sólo dominaban en Europa, ya que el Liverpool se había llevado la liga del año anterior, y el Forest se llevaría la de la temporada en curso.

Teniendo en cuanta estas premisas, se podía esperar una final de fútbol brillante, espectáculo y goles, pero nada más lejos de lo que aconteció en realidad. La final disputada en Wembley concluyó con un 0-0 en el marcador, y tuvo que jugarse un replay en Old Trafford cuatro días después para decidir el campeón de esa temporada.

El replay dio como vencedor al Nottingham Forest, al ganar por un pírrico 1-0, merced a un penalty transformado por John Robertson, tras una falta de Phil Thompson a John O'Hare. Las repeticiones de televisión mostraron más adelante que la falta se produjo fuera del área. Esto fue suficiente para que el Forest ganará la Copa de la Liga, convirtiéndose así en el primer club en lograr un doblete de Liga y Copa de la Liga.

No tardaría mucho el Liverpool en retornar a Wembley para disputar otra final de esta competición, de hecho estábamos en medio de los años en los que el mítico estadio británico era conocido entre la hinchada red como "Anfield South". Tan sólo tres años después de la última final los reds retornaba a una final de Copa de la Liga, en medio de una temporada muy discreta en liga (donde finalizaron quintos).

En esta ocasión el rival de los reds sería en West Ham United, que venía de ganar la F.A. Cup de la temporada precedente. De nuevo un Wembley engalanado para la ocasión con 100.000 espectadores que esperaban con impaciencia a ambos equipos y, como en la anterior final del Liverpool, los noventa minutos concluían con 0-0. Pero en esta ocasión sí hubo movimiento en el marcador durante la prórroga. Alan Kennedy adelantaba a los de Bob Paisley en el minuto 118, pero, cuando el partido agonizaba, Ray Stewart marcaba para los Hammers y enviaba el encuentro al segundo replay en la historia de las finales de League Cup del Liverpool.

El partido en esta ocasión se disputaría en el Villa Park de Birmingham, 18 días después. Los equipos equipos saltaron al campo con ganas de decidir la final lo más pronto posible, así los Irons se adelantaban en el minuto cinco con un gol de Paul Goddard. Pero el Liverpool supo reaccionar, y en el minuto 28 ya le había dado la vuelta al marcador con goles de Kenny Dalglish en un gran escorzo en el primer palo, y Alan Hansen, de cabeza. Con ese 2-1 finalizaría el encuentro, y el capitán del Liverpool, Phil Thompson, alzaría la primera Copa de la Liga de los "whites" en aquella noche.

En la final de la temporada siguiente, el Liverpool se volvería a enfrentar al campeón de la F.A. Cup de la temporada anterior, en esta ocasión el Totteham Hotspur. Se trataba de la primera final de Copa de la Liga patrocinada por una empresa, en este caso la empresa de productos lácteos Dairy Crest, lo que dio pie a que la competición pasara a conocerse popularmente como Milk Cup.

El Tottenham se adelantaba en el marcador en el minuto 11 gracias a un gol del escocés Steve Archibald. A los reds les tocaba de nuevo nadar contracorriente. Ronnie Whelan llevaría el encuentro a la prórroga con un gol a falta de unos minutos para la conclusión del partido. Ya en el tempo extra, todo sería coser y cantar para los de Bob Paisley, con otro gol del irlandés y el definitivo 3-1 de un joven Ian Rush. La celebración de Grobbelaar en aquella noche merece un capítulo aparte. El Liverpool se hacía con el doblete de Liga y Copa de la Liga en esa temporada.

Esta final es especial por el rival, el Manchester United, pero, sobre todo, porque supuso la última final ganada por el mítico Bob Paisley, que levantaría la copa de campeones.

El partido se disputó en un Wembley abarrotado por más de cien mil espectadores provenientes del noroeste de Inglaterra. El Liverpool se llevó el trofeo de vuelta a Merseyside tras una final en la que el guión de las precedentes se volvía a repetir; el rival se adelantaba (con gol del nor-irlandés Norman Whiteside), el Liverpool empata en el tiempo reglamentario, con un zurdazo desde fuera del área de Alan Kennedy, y, ya en la prórroga, los reds sentencian gracias a un golazo por toda la escuadra de Ronnie Whelan.

Cuarta final consecutiva de Copa de la Liga para el Liverpool, y cuarta victoria seguida, completando tres dobletes de Liga y Copa de la liga en las tres últimas temporadas. Así era el Liverpool de esa época, sin duda, el mejor equipo del mundo. Joe Fagan se estrenaba en esta competición, levantando el título.

La final de 1984 fue la del enfrentamiento entre los dos equipos de Merseyside, Liverpool y Everton. El partido movilizó a toda la ciudad camino de Londres, en un ambiente de fiesta y hermandad entre las dos aficiones, pero todos ellos regresaron a Liverpool sin conocer el desenlace de la final porque el encuentro finalizó con 0-0, pese al dominio red y a la petición, aún persistente hoy en día, de mano de Alan Hansen ante el disparo del escocés Graeme Sharp.

El partido de desempate se disputó tan sólo tres días después en Maine Road, la que por aquel entonces era la casa del Manchester City. El encuentro fue muy igualado, pero se lo llevaron los rojos merced a un gol desde fuera del área, tras un gran control, del capitán, Graeme Souness. El Everton se llevaría esa temporada la F.A. Cup.

Tuvieron que pasar tres temporadas para que el Liverpool volviera a pisar el césped de Wembley de nuevo. Los reds venían de haber ganado la liga y la F.A. Cup en la temporada anterior, y Dalglish ejercía labores de entrenador-jugador. El rival sería el Arsenal. Los gunners se encontraban en medio de un etapa bastante gris de su historia, viviendo durante muchos años en la mediocridad. Sin embargo, sería el Arsenal el que se llevaría la copa camino de Highbury, tras remontar el gol inicial de Ian Rush, con dos goles bastante afortunados del escocés Charlie Nicholas.

La anécdota del partido es que el Liverpool nunca había perdido, hasta ese día, un partido en el que Rush hubiera marcado, ¡y había marcado 145 goles en sus anteriores partidos con el LFC!.

Dos años después, de nuevo bajo la dirección de Gerard Houllier, el Liverpool volvía a poner rumbo a Gales para enfrentarse en la final de la Copa de la Liga al Manchester United, por segunda vez en la historia de esta competición. El Liverpool se imponía por 2-0 con goles de sus jugadores más brillantes, Steven Gerrard, con un tiro que desviaba David Beckham, y Michael Owen, en una de sus típicas galopadas.

La última final de League Cup que ha jugado el Liverpool, hasta que se dispute la de este domingo, supuso el inicio de una rivalidad que marcó el fútbol inglés durante algunas temporadas. Tanto Rafa Benítez como José Mourinho vivían su primera temporada en Inglaterra, y su primera final al frente de dos grandes equipos. Además, los dos llegaban a Reino Unido tras unas brillantes temporadas con sus anteriores equipos, Mourinho había ganado la Champions League con el Oporto y Rafa, la Liga y la UEFA con el Valencia.

El partido no podía empezar mejor para el Liverpool, con Riise empalmando un balón dificilísimo sin dejarlo caer al suelo, en el primer minuto de juego, en lo que es el récord, a día de hoy en las finales de Copa de la Liga. Lamentablemente, cuando el partido agonizaba, Gerrard cabeceaba una falta hacia su propia portería. Mourinho lo celebraba de la manera más maleducada que encontró, mandando callar a la afición del Liverpool. El partido iba a la prórroga, donde los goles de Drogba y Kezman, rematando dentro del área pequeña, sentenciaban, aunque Antonio Nuñez devolvía la esperanza a la parroquia red a falta de escaso minutos para finalizar el partido, pero 3-2 fue el marcador final.