Que mejor que pedirle a periodistas que llevan con orgullo no la camiseta txuri-urdin sino el sentimiento de toda una gran ciudad como la "Bella Easo" que nos hablaran del paso de Aldridge por tierras vascas. No hizo falta mucho para que tanto Iñigo Gurruchaga como Enrique Marín  nos explicasen cómo rompía cinturas el irlandés. Eskerrik asko para ambos por vuestra aportación.





Creo que John Aldridge llegó a la Real como víctima de una injusticia deportiva, porque en su última temporada con el Liverpool era un delantero más eficaz que el gran Ian Rush, que había regresado de su breve excursión italiana. Llegó al viejo campo de Atocha, donde el último 9 extranjero había sido el sueco Anje Simonsson, del que me queda la estela difusa de un recuerdo infantil.

Había visto a Aldridge en Inglaterra pero no le vi jugar en San Sebastián. En aquel tiempo no había tantas televisiones ni tanto fútbol ni vuelos de bajo coste, pero familiares y amigos me hablaban con entusiasmo del 'perro' Aldridge, el delantero oportunista que se fajaba ejemplarmente contra las defensas entonces tan duras del fútbol español.

Tras el éxito de 'Aldo', la Real fichó a otros dos ingleses, Kevin Richardson y Dalian Atkinson. Y vino a Inglaterra a jugar unos partidos de pretemporada. El Diario Vasco me pidió que fuese a la concentración del equipo para entrevistar a los ingleses. De la conversación con Aldridge recuerdo que me dijo que aceptaba el reto de la dureza pero que un defensa, cuyo nombre mejor olvidar, le había escupido a la cara y que eso era una ofensa intolerable para la dignidad humana.

A Marco Antonio Boronat, el entrenador que los fichó, lo había admirado como nuestro 11 veloz en la banda izquierda que distinguía a la Real que vi como adolescente. Alberto Ormaetxea, Rafa Mendiluce y Boronat eran importantes en la Real que se mantuvo en Primera y que aspiró paulatinamente a jugar en la Copa de la Uefa con jugadores de la cantera, más el añadido de algún guipuzcoano que volvía a casa en sus últimos años de fútbol profesional, como Ansola o Urtiaga.

Aldridge llegó a una Real que intentaba adaptarse al nuevo fútbol sin derecho de retención. Había perdido ya a casi todos los jugadores de la Real campeona de Liga y a unos cuantos de la generación más joven, que prolongaba la época triunfal con la victoria en la Copa, de la mano de John Toshack.

"Son los más parecidos a nosotros", me dijo Boronat aquel día que visité la concentración de la Real para justificar el fichaje aquella tripleta de ingleses, que pronto se difuminó. Me dolió leer en las memorias de John Aldridge que, por mucho que nos parezcamos, la integración en otro país es siempre difícil. Lo era más en aquellos años, cuando público y jugadores no estaban tan acostumbrados a la cultura y al fútbol de otros lugares. Aldridge regresó antes del final de su contrato porque quería criar a sus hijos en Inglaterra.

Para los seguidores de la Real, John Aldridge es uno de los grandes delanteros 'txuri urdiñ', blanquiazules. Pero para mí es aquel 'red' del movimiento astuto, goleador de un solo toque, que remataba los avances de uno de los mejores equipos que yo haya visto, el de Hansen y Whelan, del Dalglish postrero y del correcaminos Johnston; y del mejor futbolista en la liga inglesa en aquellos años, John Barnes, al que la gente de la Real tampoco tuvo la oportunidad de ver por el aislamiento europeo tras la tragedia de Heysel.





Iñigo, aunque ya es un citizen más, siempre mira con el rabillo del ojo a su Real Sociedad. Pasarse por su perfil de Twitter, o por cualquier texto que realice, supone un buen momento del día, por eso le pedimos que nos escribiera una líneas sobre aquella Real Sociedad en la que un irlandés que llegaba de Liverpool, hizo las delicias en aquella área en la que unos días estaba embarrada y otros lucia el sol del mítico Atotxa. Esta vez no hemos tirado de manguerazo, ni le hemos quitado su álbum de Kevin Keegan, le hemos pedido que nos escriba de John Aldridge.

Eskerrik asko Iñigo.


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John Aldridge no estuvo mucho tiempo en la Real, pero sí el suficiente para dejar huella y ganarse el cariño de la afición. Verle jugar en Atocha fue como fusionar una parte de Anfield. Sus goles, su clase, su figura, su bigote, su sola presencia sobre el césped del añorado campo donostiarra, forman una parte imborrable de la historia de la Real. Prueba de ello es que para la hinchada realista, Aldo nunca caminará solo.



Enrique Marín; Periodista deportivo y escritor donostiarra que con mucho orgullo ejerce de realista. Formado en la Universidad de Navarra ha desarrollado su carrera periodística en medios tan diversos como El Diario Vasco, Marca, As, Público. Ahora ha  unido su conocimiento periodístico a Vozpópuli.

Su última obra no es otra que “Un Modelo De Futbolista “. Biografía de Xabi Alonso.



Una biografía escrita por alguien que conoce a Xabi desde niño y por ello tiene un conocimiento pleno de toda su carrera futbolística desde el Antiguoko pasando por Éibar, Real Sociedad, Liverpool hasta el Real Madrid. Libro muy recomendable para amantes del fútbol y seguidores de Xabi Alonso. Nos comentó lo siguiente sobre el paso de John Aldridge por Donosti.