Carragher, corazón y alma.

by - mayo 15, 2013


Retirarse tras 23 años de pertenencia a un club, habiéndolo defendido durante 17 años al máximo nivel, hacen de Jamie Carragher el protagonista absoluto de ésta su última semana como futbolista en activo. Elogios y recuerdos se repiten hacia la figura del ya mítico 23 del Liverpool desde el preciso momento que éste anunciase su voluntad de abandonar el fútbol profesional. Todas esas alabanzas no son fruto de esta puntual circunstancia. Jamie Carragher ha sentido el cariño y admiración de los supporters desde siempre. Para constatarlo, recuperamos el artículo dedicado a Jamie Carragher que allá por el año 2008 fue publicado en el blog  que fuera embrión a éste. The Kid Torres.



Por Stubbins (@El_Stubbins)

Tarde de partido en Anfield. Los pubs colindantes con el mítico estadio del Liverpool FC están repletos de supporters que apuran sus pintas de cerveza y sus tertulias previas a un nuevo partido del equipo Red. El repicar de pintas y el volumen ensordecedor de las múltiples conversaciones y corrillos de aficionados, es roto por la continua entonación de los cánticos de los supporters, banda sonora inconfundible de Anfield y sus inmediaciones desde hace más de un siglo. Fields of Anfield Road, A liverbird upon my chest, Poor scousser Tommy, entre otros muchos. De repente, de entre la multitud concentrada, emerge la figura de un joven cercano a la treintena, que con la vena aorta significativamente marcada en su cuello, esboza un grito ensordecedor, haciendo que toda la clientela concentre su atención en el joven scouser. El desgarrador grito, viene acompañado por una melodía conocida por todos los asistentes, de hecho sería conocida en cualquier rincón del mundo, por remoto que fuera éste. No es otra que el Yellow Submarine de los hijos pródigos de la ciudad, The Beatles. En esta ocasión, la canción no narra las aventuras de los cuatro fabulosos, sino que, empieza a enumerar una alineación futbolística, formada toda ella por un mismo hombre. Number one..... is Carragher, Number two.... is Carragher y así sucesivamente hasta el número veintitrés, cuando todo el mundo rompe a cantar con un atronador We all dream of a team of Carraghers que es acompañado rítmicamente con palmas o con el golpeo de mesas y paredes.

Con eso es con lo que sueña todo aficionado del Liverpool FC, con un equipo integrado por once Carraghers, o lo que es lo mismo, once tipos de rojo dispuestos a dejarse el corazón y el alma por la camiseta y el escudo que lucen.


Y es que a cualquier aficionado al fútbol, cuando le mencionan la palabra Liverpool FC, lo primero que le viene a la cabeza actualmente, es la figura de su capitán Steven Gerrard o el pecoso rostro de Fernando Torres, recién ingresado por derecho propio en el selecto Olimpo de las deidades Red de Anfield. A ese Liverpool, los verdaderos supporters suman rápidamente al vice-capitán del equipo. Un chaval nacido y criado en Bootle y Red como pocos. Jamie Carragher.

Jamie Carragher (Bootle, 28 de enero de 1978) encarna para muchos aficionados el sueño infantil que todos tuvieron y que nunca pudieron hacer realidad. ¿Cuántos chavales del Merseyside han soñado y sueñan con enfundarse la zamarra roja, saltar a Anfield y ser aclamados por The Kop? ¿Cuántos de esos chavales verán frustrado su sueño por no disponer de las cualidades técnicas mínimas para llegar a ser un futbolista profesional? Infinidad de ellos, lamentablemente. Son muy pocos a los que el destino les guarda un rincón en su distinguido club de los elegidos. Carragher era uno de esos chavales que peloteaba por las calles de su Bootle natal emulando a los Dalglish, Sounnes, Rush, Barnes, etc., que dominaban con tiranía el universo futbolístico en los lejanos 80. A aquel niño llamado Jamie, pocos eran los regates de los cuales salía victorioso. Aquel chaval precisamente destacaba en lo contrario. En evitarlos. A esa innata cualidad, Carragher le sumaba unas condiciones físicas portentosas. Su resistencia y una velocidad más que aceptable, hacían de Carragher un jugador de corte defensivo más que razonable. Los ojeadores locales rápidamente vieron en el joven de Bootle un jugador capacitado para ingresar en el Liverpool FC y entrenamiento tras entrenamiento, jornada tras jornada de arduo y duro trabajo, Carragher obtuvo el premio de formar parte del primer equipo del club de Anfield. A Jamie el destino no le regaló nada. Se lo ganó él a base del sudor que goteaba por su rostro en cada entrenamiento en The Academy.


De la mano de Roy Evans, el hoy vice-capitán del Liverpool, formó parte de aquel equipo integrado por jóvenes valores de la cantera como Owen, Redknapp, McAteer, McManaman o Dominic Matteo. Equipo al que muchos bautizaron como los Spice Boys. Sus inicios como futbolista profesional fueron como lateral derecho, aunque en contadas ocasiones ocupó la posición de medio-centro defensivo, llegando también a disputar algún partido como lateral en banda izquierda. Fue precisamente la llegada de Rafa Benítez al club de Anfield, la que dio un vuelco a su carrera deportiva. El técnico madrileño, enseguida intuyó en Carragher las condiciones perfectas que caracterizan a un defensa central. Sentido de la anticipación, agresividad, velocidad, colocación y no rehuir en ningún momento el cuerpo a cuerpo con los delanteros rivales. Por si fueran pocas cualidades, Carragher sumaba a todo ello un carácter ganador y una madera de líder incontestables, que rápidamente le convirtieron en parte fundamental de un equipo que se sustentaba de su férrea defensa.

Esa numantina defensa, que en dos noches de mayo de los años 2005 y 2007 redobló esfuerzos bajo el mando del chaval de Bootle, para evitar y contrarrestar todos y cada uno de los encarnizados ataques del club al que todos daban como favorito para alzarse con el título. Uno tras otro, esos despiadados ataques fueron anulados y convertidos en vanos intentos de tratar de doblegar a un equipo que emulando a su vice-capitán, ofreció una demostración al mundo entero de lo que es dar el máximo y una pizca más del rendimiento individual de cada uno de ellos en favor y en beneficio del conjunto. Aquellas dos noches, el viejo y vetusto Anfield recuperó la épica de años pretéritos y se volcó como nunca con sus once hijos. Dejando para la posteridad dos noches en las que la comunión entre equipo y grada, devolvieron al Liverpool FC a la primera línea continental. En esos campos de batalla, en esas trincheras se forjó la leyenda de Jamie Carragher.


“Con dinero podrás comprar a los mejores jugadores del mundo. Pero con ese mismo dinero, es imposible comprar a los mejores aficionados del mundo”

Jamie Carragher. Tras vencer al Chelsea en la vuelta de la semifinal de la Champions League en Anfield en 2005.

You May Also Like

6 comentarios