La pizarra de EEA: West Ham 1-2 Liverpool

by - abril 07, 2014


Una libreta, Lucas Leiva y tres puntos de oro


El Liverpool consiguió su novena victoria consecutiva en la Premier League tras imponerse al correoso West Ham en Upton Park por 1-2. El equipo dirigido por Sam Allardyce planteó un partido físico en el que trató de defender fuerte y jugar directo hacia Carroll. Un cambio táctico de Rodgers en la segunda mitad permitió a los reds seguir en lo más alto de la tabla una semana más.

Javier Cordero (@Javi15195)

La primera parte fue bastante larga para los chicos de Brendan Rodgers. Siendo los dueños del balón, no conseguían atravesar el muro hammer, formando por un 4-4-1-1 en fase defensiva.



Con ese mediocampo tan arriba, dificultaron la salida de balón de los visitantes, algo meritorio pues suele ser una fase del juego que está muy bien trabajada. Para equilibrar los posibles espacios dejados a su espalda, los defensas saltaban a por Suárez y Sturridge. Sterling apenas aparecía por dentro y no ofrecía soluciones. Cierre de líneas de pase, equipo bien plantado, suficiente para eliminar el juego interior red. Y fue suficiente porque el Liverpool tampoco supo leer la situación y le costó implantarse en campo rival. Ante esto, acumuló muchos jugadores en campo propio y no ganó metros: los interiores apenas se escalonaban y los laterales no se proyectaban. Defensa fácil para el West Ham.


Y, ante esa desactivación del juego interior, buscaron salir por fuera, pero al tener los laterales en apoyo, los londinenses ahogaban por fuera y creaban superioridades


Tan solo Sakho con alguna conducción y pase tenso pudo batir líneas, pero el Liverpool carecía de profundidad y apenas pudo inquietar la portería contraria. Mientras tanto, el West Ham salía y jugaba con Carroll. Balones aéreos para que el gigantón asentase al equipo en campo red o bien prolongase para buscar segunda jugada al espacio. Los centros también fueron numerosos para buscar al ex-del Newcastle. Skrtel y Sakho pelearon con uñas y dientes ante el delantero, pero éste mostró su superioridad en varias ocasiones.


En el segundo tiempo, Coutinho, que en su nuevo rol apenas aporta profundidad, fue sustituido por Lucas Leiva. Pocos entendían el cambio, pero en la primera imagen en la que el brasileño apareció, se vieron claras las ideas de Rodgers: ganar dominio en el mediocampo, lanzar a Johnson más arriba y darle libertad a Sterling para que actuase por dentro.





Glen Johnson es uno de los jugadores más importantes del equipo a la hora de jugar arriba. Instauró a los reds en el campo rival, condicionado también por el bloque aún más bajo del West Ham, que dejó de incomodar la salida y prefirió cerrar espacios atrás, como lo hizo en las pocas ocasiones en las que el Liverpool jugó en 3/4 de campo en la primera mitad.


La profundidad se vendía cara, pero los de Rodgers movían con seguridad y rapidez. En una de las subidas de Leiva hacia los últimos 25 metros, se inventó un pase magistral que acabó en derribo de Adrián a Flanagan. Con el 1-2, el Liverpool comenzó a hacer algo que pocas veces (o ninguna) habíamos visto hacerle con ventaja en el marcador en los últimos minuto: posesión defensiva. Defenderse a través de la pelota, sin aventurarse arriba con demasiada frecuencia y rapidez. Querían dormir el partido sin sufrir contratiempos (véase el vídeo)




En estos minutos es destacable la labor de Henderson. El centrocampista inglés completó un gran partido con la pelota y obtuvo un 94 % de acierto en pases de distinto tipo: verticales, horizontales, en corto, en largo...


Los locales reaccionaron y Sam Allardyce metió a Carlton Cole como pareja de Carroll para ganar más duelos directos. Sin embargo, Brendan Rodgers reaccionó al segundo e introdujo a Touré para formar defensa de cinco y blindar el área. Los 3 puntos ya no se escaparían.


La reacción de Rodgers en el segundo tiempo con sus buenos cambios tácticos permitieron al Liverpool seguir soñando por la Premier. La siguiente cita es en Anfield: el Manchester City viene a pelear por la liga. In Brendan we trust.


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