Rafa Benítez y su jugada de ajedrez a la Juventus.

by - abril 13, 2016




El día en el que Benítez utilizó la 'intercepción de líneas' en Turín.



Por George Olmos (@george_olmos)

El técnico madrileño parecía que cuando se ponía el liverbird en el pecho, le veías sentado delante de un tablero de ajedrez, cualquier cosas que pasaba por su cabeza la plasmaba en ese tablero, a la altura eran sus movimientos como los del gran Gary Kasparov o Karpov. En Turín Rafa se sentó y viendo que flaqueaba en sus líneas, vio que el mejor ataque es una buena defensa.

"Intercepción de líneas:
Mediante este recurso táctico, la conexión entre dos o más piezas del oponente es obstruida, impidiendo el acceso a una casilla o línea vital."

Eso es la jugada de ajedrez que aquel 13 de abril del 2005 debió utilizar el técnico español, ante una dura prueba, con muchas cosas que rodeaban aquel partido, demasiadas. La vuelta a enfrentarse al gigante italiano, con el recuerdo de Heysel en las gradas, con malos modos en días anteriores en la que muchos utilizaron un encuentro que debía ser para tender la mano hizo que para algunos se convirtiera en el día de la venganza, pero hablemos de lo importante, el fútbol.

Rafa Benítez llegaba a la cita con varias bajas en su tablero, peones, caballos y su rey. Morientes, Pellegrino, Josemi, Sinama, Hamann, Mellor y Kewell eran algunas de ellas, pero la más importante era su estandarte, su capitán, Steven Gerrard, que se perdía la cita por unas molestias musculares, pero a favor recuperaba a Djibril Cissé y lo más importante tras aquella patada de Lampard, Xabi Alonso, que debía ponerse la coraza y forzar su entrada en el equipo Red.


Cortar los avances, no dejarles pensar, acortar sus ideas.

Descuartizado y dolorido por las lesiones, el Liverpool se iba a Turín para enfrentarse en Delle Alpi al cuadro comandado por los Buffon, Nedved o el gran Del Piero en sus filas. Aquella Juve de Fabio Capello estaba más por la labor por el balón largo, la segunda jugada y que Zlatan Ibrahimovic bajará el balón cual doncel a los pies, pero empecinado el gigante italiano en dicha manera de jugar, la cabeza de Benítez comenzó a maquinar una tela de araña, que todo se produjera en un espacio muy reducido, cada ataque debía llegar a las manos de Dudek.

Sin Morientes y con el delantero francés Cissé en fase de recuperación, las posibilidades de triunfar en Delle Alpi pasaban por las botas Milan Baros. El checo,  que aún estaba intentando mostrar aquel delantero que maravilló en la Eurocopa jugada en Inglaterra, estaba ante una cita grande, no había mejor escenario. 


Todo sabían su cometido, nadie se salió del papel.

El técnico español, decidió colocar a Luis García y Antonio Núñez tras el delantero, pero tras ellos como mariscal de campo, se situaba el tolosarra, Xabi Alonso que empezó a sacar escuadra y cartabón, y comenzó a dibujar pases que pasaban por encima de las cabezas de los juventinos, no podía ser parado.

Los de Fabio Capello no hacían daño al conjunto Red, la intercepción de sus líneas estaba siendo un éxito, el camino a las semifinales estaba ya hecho, el trabajó finalizado, la vecchia signora bajó a los infiernos y ya no pudo con la jugada perfecta de Rafa Benítez.

Este estratega del siglo XX, que podría haber sido un fiero comandante de la época de los Reyes Católicos y que años después se fue cual Gran Capitán a luchar en su ducado del Reino de Nápoles, no se pará un instante en su éxito. Tras finalizar dicho encuentro los jugadores se iban a dar las gracias a los seguidores que habían pasado un suplicio, Benítez abrazaba a sus jugadores, sonrientes ante tal logró, pero el madrileño siempre está sentado en su tablero, imaginando como podrá comenzar la siguiente partida. Benítez llamó a sus dos centrales, Hyypia y Carragher, se los llevó a su “tablero” y entre aspavientos explicaba a Hyypia como cubrir los huecos que dejaban a su espalda.


Rafa Benítez supo llevar a su equipo a otro nivel.

Sus guerreros sabían que si ellos habían llegado a tal batalla con la mejor de las actitudes eran gracias a su comandante "Benítez se merece mucho respeto. Estamos aquí por cómo nos organizó, por la alineación y la táctica que eligió. Así hemos anulado el centro del campo del Juventus. Suele cambiar las tácticas para la Champions y siempre ganamos. Nos ha pedido que permaneciéramos unidos y que fuéramos a por un gol", Jamie Carragher que esa noche fue el único jugador inglés, daba el crédito que se merecía a su jefe.

Si las loas eran para el técnico, él no quiso ser menos con sus jugadores, la hazaña fue más gloriosa por como se produjo, como llegaron aquella cita con Gerrard lesionado y con unos Alonso y Cissé en fase de recuperación: "Este éxito ha sido fruto de la labor de conjunto y no me sorprende porque hemos trabajado muy duro".

Xabi Alonso, el metrónomo de ese Liverpool, tuvo ese día que sustituir a Gerrard en la demarcación, era una arduo y difícil ejercicio "Tácticamente, Rafa es excelente. Sabía exactamente lo que iba a hacer la Juve y nos dijo qué teníamos que hacer para pararla".


Ese día Xabi Alonso siguió creciendo, las batallas curten.

Tal fue como apretó a las líneas de la Juventus que para sus jugadores les resultó fácil como se produjo dicho empate que daba el pase "No ha sido tan difícil', me dije tras el partido. Y eso fue gracias al entrenador", dijo John Arne Riise. El sello de Benítez marcó las diferencias, el técnico italiano, Fabio Capello no le quedaba más que hincar la rodilla y ver que la partida en este tablero la había ganado el español. "Tengo que felicitar a Rafa. Su planteamiento ha sido muy inteligente. Decidió jugar muy defensivamente y su equipo cumplió sus órdenes a la perfección. Yo hice lo que pude, pero no nos dejaron espacios". Aquella volea de Luis García en Anfield fue suficiente para pasar al siguiente paso, el Chelsea esperaba.



Rafa Benítez ganó aquel torneo desde su tablero, pero sabemos que seguro que tras aquel pitido final en el Ataturk, pensó en como comenzar su próxima partida ¿Utilizando el Jaque Mate Pastor?


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