Los Reds, segundos en liga, llegan como favoritos a Old Traffor por primera vez en muchísimo tiempo, y aunque las realidades de ambos equipos, distanciados por 11 puntos en la tabla, son muy distintas, en el pasado esto no ha sido indicio para el desenlace de los encuentros y es que en clásicos como estos, los libros con el estado de forma se tiran por la ventana como bien lo puso Robbie ‘God’ Fowler.

El Liverpool ha tenido hasta 15 días para preparar la visita a Old Trafford debido al encuentro pospuesto ante el Sunderland debido a la participación de los Black Cats en la FA Cup, y bien cuando Brendan Rodgers asegura haber querido llevar sesiones de baja intensidad luego de los amistosos internacionales, ha expresado que las ganas de sus jugadores han sido una grata sorpresa y una muestra de la entrega y el enfoque de la plantilla en este final de temporada. Por su parte los hombres de Moyes llegan en un intento de resurgir. 3 partidos con el arco invicto, incluyendo un empate en el Emirates y con un Fellaini dando quizás su mejor partido con la camiseta del United en The Hawthornes la semana pasada.

Cambio de esquema necesario.

Brendan Rodgers buscará cambiar el esquema del equipo con respecto a lo que ofreció en St Mary’s ante el Southampton donde alineó un 4-4-2 con un diamante en el centro del campo que tenía a Gerrard como hombre más retrasado en el nuevo rol que ha asumido el capitán, Henderson y Allen como volantes de  media línea y Coutinho como el centrocampista más adelantado. Bien cuando dicho esquema funcionó por momentos, se sufrió mucho sobretodo en la primera mitad y es que dicho esquema deja muy desprotegidas las bandas y tanto Johnson como Flanagan la pasaron mal ante las galopadas de Luke Shaw, Chambers y Jay Rodríguez, por lo que ante este United de Moyes que empieza a caracterizarse por canalizar sus ataques vía muchísimos centros, se debería cuidar más las bandas y apostar quizás por un 4-3-3 sacrificando a Coutinho por Sterling, y poner a Raheem ante un envecido Evra, y es que Rodgers ha apostado a poner a Raheem ante los laterales más fuertes de los rivales y el joven de ascendencia jamaiquina ha respondido de forma sobresaliente ante dos de los mejores laterales de la liga como lo son Baines y Sagna. En la mitad del campo el trío de Allen-Gerrard-Henderson debería ser suficiente para hacerle frente a la dupla Fellaini-Carrick, y es que el galés Joe Allen parece estar recuperando su mejor forma, y aún cuando no lució ante el Southampton, venía de grandes actuaciones.

 

Bienvenidas sean las variantes.

Los Reds contarán con las vueltas de Mamadou Sakho y Lucas Leiva quienes ya participaron con los sub21 en un encuentro ante el West Ham en la liga de reservas y ambos lucieron muy bien, en especial el francés. Considerando la amenaza área que puede representar el United con la cantidad de centros que suelen colgar en el área, no sería descabellado sugerir la inclusión de Sakho en lugar de Agger. No es secreto que el francés ha sido quizás el mejor defensor de los Reds en el juego áreo defensivamente hablando. También sería interesante ver que rol jugaría Lucas Leiva en caso de participar ya que desde que Gerrard se hizo con el puesto de mediocampista más retrasado, el brasileño se ha visto muchos metros más adelantado que lo habitual. Algo que quedó en evidencia sobretodo en el loco partido ante el Stoke City donde Lucas recibió el balón en un gran número de ocasiones al borde del área rival.

 

Soplan otros vientos en Manchester.

Old Trafford ha perdido ese factor miedo, y es que desde principios de temporada se ha visto como los equipos que han visitado al United han cambiado su planteamiento de sentarse a defender y esperar por lo mejor por algo más atrevido, buscando el partido, cosa que le ha incomodado muchísimo al Manchester United. Además los de Moyes tendrán otras cosas en mente, y es que se juegan la vida en los próximos días. Una derrota ante el Liverpool significaría decirle adiós a la Champions la próxima temporada lo que representaría un golpe económico durísimo, y además los Red Devils deberán apelar a la épica a mitad de semana si quieren seguir con vida en dicha competición cuando tendrán que venir de atrás ante el Olympiacos si quieren seguir adelante. Si tan solo tuviesen un ejemplo en el cual fijarse…

 

Aún cuando el favoritismo de los Reds puede ser evidente, lo mismo podría haberse dicho en temporadas pasadas del United. Pero la realidad es que luego de la demolición en 2009 cuando los Reds ganaron por 4-1 con la famosa celebración de Gerrard besando a la cámara, todos los partidos siguientes han terminad en victoria del United pero tan solo por un margen de un gol, por lo que no se debe jamás dar por muerto a un rival, especialmente si dicho rival es el Manchester United.

El jugador a seguir: Wayne Rooney.

Probablemente no exista un jugador del United con más hambre por ganar este encuentro que Wayne Rooney. El scouser de nacimiento ha admitido lo difícil que ha sido aceptar esta temporada lo bien que le está yendo al City y en especial al Liverpool. Y en una temporada en la que Van Persie no ha sido el mismo que el año pasado y se ha visto envuelto en polémicas en torno a su entrenador y compañeros, Rooney ha sido el que ha tomado responsabilidades de un ataque que podría tener muchísimas dimensiones con Mata, Kagawa y el mismo RvP, pero que lucido estéril a excepción de los destellos o chispas que pueda brindar Rooney.