Asà de primeras no les sonará el nombre Henry Welfare, no le busquen entre los grandes goleadores del Liverpool o siendo un jugador que marcará una época en el cuadro Red, Welfare es una de esas historias que se deben compartir, en tiempos en los que ni la televisión, ni tener botas de colores o de preocuparnos por quien o qué Ãbamos a fichar, un scouser marcó una época al otro lado de su casa, Brasil.
Hace unos dÃas se cumplÃan años de su nacimiento, este ex delantero del Liverpool que con sus 190 centÃmetros se ganarÃa una prueba con el cuadro red, pero Harry no tuvo suerte en su periplo por el fútbol inglés, tan sólo en el Northern Nomads pudo demostrar sus grandes cifras, en 114 partidos marcarÃa 119 goles, pero viendo que las cosas se complicaban en Inglaterra, en su posibilidad de ser alguien en el fútbol britanico, decidió hacer las maletas e ir a un nuevo mundo de oportunidades, Brasil le esperaba, pero no para ser futbolista, de primeras.
Llegaba a Brasil para ser profesor geografÃa y matemáticas en Gymnasio Anglo American de Rio de Janeiro, en una época en el que el amateurismo en el fútbol estaba a la orden del dÃa, Welfare, era profesor, pero lo que le seguÃa encantando era darle al cuero. En su etapa en el Liverpool nunca actuó como profesional y si como amateur ( jugó cuatro partidos en los que consiguió tan sólo un gol), en ese momento apareció en su vida el Fluminense, J.A. Quincey-Taylor amigo suyo en la escuela brasileña, se le ocurrió presentarle al entrenador del Flu, el cuadro carioca serÃa su principio en un fútbol tan distinto como el brasileño, tras varios entrenamientos con el tricolor, hicieron que los técnicos pensaran en este “tanque” de 190 centÃmetros para su equipo y que podrÃa actuar en la liga brasileña, con tan sólo unos entrenamientos con el segundo equipo, le dieron la oportunidad por parte de los técnicos de poder jugar con el primer equipo, en poco tiempo, su fuerza y altura, sus medidas eran poco habituales en está época en aquellos tiempos y lugares, le vieron como un portento fÃsico y un arma letal de cara al gol.
Su gran estatura le hacÃa bastantes veces salir en las fotos de la época en las primeras filas, sentado, como aquà en la que está en el medio.
En un fútbol que estaba empezando a crecer, Harry (como algunos le llegaron a conocer) se encontró con barreras muy comunes en la época, para nada comparables a las de hoy en dÃa, el scouser vivÃa en el barrio de Gaveá, lugar que le pillaba a desmano para ir a entrenar con el Flu, ni tener que viajar en tranvÃa o caminar más de una hora para entrenar, harÃan que Welfare quisiera dar un paso atrás, le gustaba el fútbol, en aquellos años era tal el amateurismo que los jugadores no cobraban ni una remuneración alguna por jugar, defender los colores del Fluminense, ya era bastante jornal, para muchos de ellos, era tal el aura que desprendÃa Welfare que se convirtió en un Ãdolo para los aficionados del tricolor, no era el dÃa en que se ofrecÃan para llevarle su bolsa, camino de casa.
El 31 de Agosto de 1913 debutaba con el Fluminense, no fue el debut soñado, ya que su equipo perderÃa por un 3-0 ante el Botafogo, pero no tardarÃa en marcar, al siguiente partido mostrarÃa sus credenciales, marcando los dos goles, en el empate ante Paysandu Cricket.
Los buenos tiempos siguieron de la mano del profesor Welfare, iba cumpliendo metas como la de ser en el Fluminense el máximo goleador en el periplo llamado tricampeonato (tÃtulos 1917/1918/1919), en esas temporadas marcarÃa la cifra de 56 goles. Harry no sólo jugó en el aquel tiempo tan sólo el en Fluminense, en aquel tiempo era bastante a menudo que los equipos pudieran pedir jugadores a otros para hacer giras, ya fuera en otros paÃses o provincias, el Flamengo le utilizó en varios partidos en una gira por el Norte de Brasil (Belém) como jugador invitado, en aquel periplo desde Diciembre de 1915 hasta Enero de 1916 anotarÃa siete goles en cuatros partidos.
En 1916 volverÃa al Fluminense, pero primero el cambio de trabajo y después una lesión de rodilla no le harÃan tener una regularidad necesaria, pero no le impidió regresar en 1917 a tiempo de conseguir un titulo más con Flu. En diciembre de ese año, se convertirÃa hasta la fecha en el jugador que más goles hizo con el Fluminense en un partido, marcando 6 goles en la victoria por 11-1 ante el Bangu. Hoy en dÃa sigue siendo el jugador extranjero que más goles marcó en el campeonato brasileño y sigue siendo el jugador que más alto promedio tiene en el Fluminense con 163 goles en 166 partidos.
Tras ser estrella en los terrenos de juego con el Fluminense, probo hacerlo como entrenador en el Vasco de Gama, equipo con el que fue considerado uno de los mejores entrenadores de Brasil.
JugarÃa más de diez años con el Tricolor (1913-1924), se retirarÃa como lo hacen los grandes goleadores, tras marcar el tanto que darÃa el campeonato de 1924 ante Flamengo en la victoria por 1-0 al Mengão. Tras aquel partido colgarÃa las botas, pero no dejarÃa que su sabidurÃa se quedará en su lugar de retiro, el 18 de Noviembre de 1926 a los cuarenta años de edad se hacÃa cargo del Vasco de Gama, de primeras dicho cambio no sentó nada bien a la afición tricolor, el Vascão estaba empezando aunar grandes jugadores y debÃan tener un gran capitán en este barco, por eso se pensó en Henry, su seriedad, combinada con su experiencia le hizo ser considerado durante varios años en los que estuvo al frente del Vasco de Gama en el mejor entrenador del paÃs. Con el Vascão, consiguió 6 tÃtulos, en un periplo de diez años desde 1927-1937 y volvió en 1940, a sus ordenes tuvo a jugadores como el “Diamante negro” Leônidas, Russinho, Fausto, Jaguaré o Domingos da Guia.
La historia de Henry Welfare no podrÃa acabar sin tener al Fluminense presente, sólo el tricolor pudo sacar de su retiro de Angra dos Reis al gran goleador, en julio de 1952 su afición pudo venerar y agradecer al scouser, ese dÃa estuvo rodeado de sus excompañeros. El 1 de septiembre de 1966 morÃa en el paÃs que le dio cobijo y que le hizo ser una estrella venerada, nadie pensó que aquel barco que saldrÃa de del Albert Dock en un dÃa de 1913 para llevarle a Rio, al sitió donde un “tanque inglés” escribirÃa su nombre en letras de oro en la historia del Fluminense con sus 163 goles en 166 partidos.
Fuentes: marcelodieguez.com.br.