No le podía tocar peor rival al Liverpool en la cuarta ronda de la Carling Cup que una visita al Britannia Stadium para enfrentarse al duro y rocoso equipo de Tony Pulis. Un estadio donde tan solo conoce la derrota o el empate en sus últimas cuatro visitas, todas ellas en Premier League. Fué precisamente en la cuarta ronda de la League Cup 2000/01, cuando el Liverpool consiguió vencer por última vez en feudo Potter y lo hizo goleando por 0-8.

Con el enfrentamiento del pasado diez de septiembre todavía muy fresco en la memoria, el Liverpool se la juega a cara o cruz ante un equipo contra el que ya pudo comprobar que no vale sólo con mostrarse muy superior para vencerle, si no se concretan las ocasiones creadas. Ese es sin duda el gran déficit del equipo de Dalglish en el primer tramo de la temporada. Su máximo ejemplo fue el partido del sábado ante el Norwich City, donde tan sólo un hombre como Luis Suárez, llegó a rematar hasta diez veces a puerta sin materializar la jugada en gol, con dos balones al palo inclusive.

Los de Tony Pulis se muestran de momento inexpugnables en su terreno. Ya en la anterior ronda de Carling Cup, eliminó al Tottenham Hotspurs, en una dramática tanda de penalties tras empatar a cero goles en el tiempo reglamentario. Los de Stoke on Trent hacen del Britannia un fortín donde bien pocos puntos se escapan al cabo del año, ofreciendo un fútbol rocoso, férreo y sin concesiones a la galeria. Esta misma temporada, buena fé pueden dar de ello equipos como Liverpool y Manchester United.