Indignación por las escasas entradas para la final de FA Cup.
La FA olvida que el fútbol es propiedad de los aficionados.
El insuficiente número de tickets destinados para los aficionados del Liverpool para la final de la FA Cup ha indignado y de qué manera a la parroquía Red. Pero no solamente la escasez de entradas ha hecho poner el grito en el cielo a una amplia mayoría de supporters, también su elevado precio y el cambio de horario de la disputa del partido que provocará que no se disponga de transporte ferroviario de vuelta a la finalización del partido, ha provocado que el enfado sea mayúsculo.
La semana de los supporters del Liverpool no ha transcurrido en absoluto apacible ni tranquila, una vez garantizada la presencia en la final del próximo 5 de mayo en el estadio de Wembley frente al Chelsea. El anuncio por parte de la Football Association a mediados de semana del reparto de las entradas para uno y otro finalistas, hizo olvidar de manera inmediata la alegria de la clasificación tras la victoria ante el Everton en la semifinal del pasado sábado. Y es que el total de entradas con las que el Liverpool podrá contar, es claramente insuficiente ante la alta demanda de entradas por parte de la afición.
El club de Anfield contará tan solo con 25.074 tickets. Un hecho que ha sorprendido a todos, máxime cuando para la semifinal de la semana pasada frente al Everton, ambos semifinalistas contaron con hasta 7.000 entradas más por bando. La razón es tan clara como incoherente e irracional. La F.A. pone a disposición de cada equipo finalista 25.000 entradas, cuando el estadio de Wembley tiene una capacidad oficial de 90.000 espectadores. Teniendo en cuenta que existen 17.000 abonados para todos los eventos que se disputan en el estadio londinense, las matemáticas nos dicen que las 23.000 entradas restantes estan destinadas a compromisos de la FA con sus patrocinadores.
Una vez más pues, los organismos olvidan por completo que el fútbol pertenece por derecho propio a los aficionados y que éstos son los principales protagonistas, junto a los jugadores, de una final copera de la tradición de la FA Cup y por extensión, de cualquier acontecimiento futbolístico y deportivo. La FA se suma con su modo de actuación a un organismo tan oscuro como la UEFA, cuyos intereses lucrativos en la organización de eventos futbolísticos es de sobras conocido.
Pero no tan solo el exiguo número de entradas ha enojado a los supporters. También sus precios que oscilan entre las 45 Libras esterlinas (54 € aproximadamente) y las 115 (138 € aproximadamente). Unos precios bastante alejados de las cifras que se manejan habitualmente. Otro aspecto a destacar, será el precio que podrían alcanzar las entradas en la reventa o "black market", especialmente las 23.000 entradas destinadas a compromisos de la FA y cuyo destino dificilmente será aficionados de Liverpool o Chelsea, con lo que muchas de ellas serán seguramente revendidas, con todos los peligros que ello implica a nivel de seguridad y de que las aficiones se mezclen en las gradas. Una verdadera insensatez por parte de la FA a imagen y semejanza de la UEFA.
Por si todo esto fuera poco, el cambio de horario del inicio del partido a las 17:15 (hora local) por las 15:00 horas en la que tradicionalmente se daba el kick off a la final, supondrá que un gran número de aficionados del Liverpool que viajen en tren hacia Londres, no dispondrán de tren de regreso hacia el Merseyside al finalizar el encuentro, debido a las obras de acondicionamiento de la red ferroviaria que tiene previsto hacer la compañia privada Virgin Rails a lo largo del fin de semana. Un problema que por supuesto no tendrán los seguidores del Chelsea.
A pesar de los pesares y de todos los dolores de cabeza que se les presentan a los supporters del Liverpool en la organización de su viaje hacia Londres, el apoyo al equipo Red no faltará en las gradas. Algo de lo que está plenamente convencido Kenny Dalglish y a lo que se ha referido esta mañana en rueda de prensa.“Los supporters reds son fantásticos y van a llegar de todos modos. Estamos seguros que llegarán a Wembley. Se podría haber hecho más fácil para ellos, pero aún así van a llegar”.
Tan seguros como Dalglish estamos nosotros también de que el cántico de "We're on the march of Kenny's Army, we're all going to Wemberlee..." no dejará de sonar en la capital británica durante todo el sábado.
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