La opinión de @AlbertoLambea del Southampton FC 1-6 #LFC

by - diciembre 03, 2015



La inédita pareja Sturridge-Origi brilla en la primera goleada de la era Klopp



Por Alberto Lambea (@AlbertoLambea)

Cero es el número de minutos que habían disputado juntos con el Liverpool hasta la pasada noche Divock Origi y Daniel Sturridge. Ambos comandaron, con un hat-trick y dos goles respectivamente, a un vertiginoso equipo hasta la goleada ante el Southampton (1-6), que mete de lleno al club en la pelea por el título de la League Cup. El Stoke ya espera en semifinales.

Aunque a simple vista no lo parezca, Sturridge y Origi tienen mucho en común. El primero vivió el año pasado un calvario de lesiones que se prolonga en el tiempo hasta hoy, lo que le ha impedido volver a ser el otrora infalible ariete de arrítmicos bailes. El segundo también vivió una pesadilla, en su cesión al Lille ya como jugador red, pero por distintos motivos. Origi estuvo el curso pasado desde el 2 de octubre de 2014 hasta el 15 de marzo de 2015, 1509 minutos sin ver puerta. Es decir, el equivalente a más de 16 partidos completos sin hacer lo que se le pide a un delantero: marcar gol. Ambos encontraron en St. Mary's la terapia que necesitan para llevar lejos a su equipo, liderado por un Jürgen Klopp del que ya nadie duda que ha dejado huella en 11 partidos.



Sobre el césped, el club de Merseyside es un acordeón. Alterna compases de presión agobiante, en los que algunos jugadores parecen dispuestos a chocar de pecho con su adversario con tal de robarle el balón, con otros de granítica defensa en campo propio, eso sí, todavía con grandes lagunas. Lo demostró en el primer minuto Alberto Moreno ante Sadio Mané, dos jugadores de poco más de 1,70 metros de altura. El del Southampton aprovechó el despiste del sevillano para saltar sin oposición y volcar al público con un cabezazo a gol, ya de por sí entregado para pitar con rabia a sus ex, Lovren y Lallana. En una semana en la que se había hablado mucho de una hipotética incorporación del exsevillista al Real Madrid, con declaraciones públicas de su representante y suyas, erró tanto en fase defensiva como acertó en la ofensiva. Una especie de Jekyll en campo contrario, envenenado por Mr Hyde en el propio. "Klopp me pide que tire para arriba, que a la hora de defender siempre tendría ayudas", dijo recientemente en COPE. Magnífico en ataque, no debe olvidar que es defensa.



Poco importó a Sturridge el despiste atrás, y algunos que llegaron en los instantes sucesivos, porque dos zarpazos suyos en cuatro minutos dieron la vuelta al marcador. Goles de antaño para el '15' red. El primero, un mal control resuelto desde el lado izquierdo del área con una bicicleta y un zapatazo potente y preciso. El segundo, la culminación a un recorte de tacón seguido de una asistencia sideral de Emre Can con el exterior de la bota derecha al espacio, propia de los mejores pasadores del mundo. Él no lo es, pero con su compatriota Klopp parece abocado a ser el mejor actor de reparto de la película de Jürgen. Antes del descanso, Alberto Moreno empaló un balón muerto desde la frontal y Origi rozó la bola para hacer el 1-3 y estrenarse como goleador con su nuevo club.


 El pase de Emre Can fue sublime.

En la segunda parte, ya con Ibe sobre el césped y sin un Sturridge que había dejado un recital de movimientos en todo el frente de ataque, al joven belga se le debió pegar algo de su pareja ofensiva. Desmarque de ruptura, pase al hueco de Ibe y con misil que destrozó la red de Stekelenburg, aquel que no hace tanto sufrió en sus propias carnes el gol de Iniesta en Sudáfrica 2010. Y eso que los saints siguieron llegando a la meta de Bogdan, pero un halo impenetrable hacía imposible ver otro gol de los suyos en su terreno. Magia negra, más que acierto defensivo de los reds, que evidencian que aún deben mejorar en el aspecto defensivo si quieren pelear con los de arriba.



Que gran gol marcó Origi.

De todos modos, los goles siguieron cayendo en un ejercicio de eficacia sin comparación. Un tiro, un gol, dos tiros, dos goles... y así hasta el sexto. En el quinto, de nuevo Alberto 'Jekyll' subió con acierto la banda y asistió a Ibe, que no perdonó excesivamente solo en el área. En el sexto, Origi cerró de cabeza su hat-trick con un pase del academy Brad Smith ante la incredulidad de Klopp en la banda. Ni siquiera Ibe se lo creía, cuando tras el pitido final y la clasificación para semifinales de la League Cup preguntó a Divock los goles que había marcado: "¿Dos o tres?", señalaba con el dedo. Los 90 minutos de Randall y la incorporación de Brad Smith fueron otra buena noticia, esta vez para la cantera de los de Anfield. El sorteo posterior deparó un cruce con el Stoke City con la vuelta en Liverpool y la posibilidad abierta de un derbi de la ciudad con los toffees, por el título: la otra semifinal deparó un Everton-Manchester City. 


Por si alguien quedó mareado por el vertiginoso ataque del Liverpool, confundido por unas transiciones en escasos segundos con aroma a Dortmund o extasiado por el set y partido al Southampton, Klopp avisa en rueda de prensa: "Si alguien en esta sala cree que el partido con el Newcastle es fácil, ¡que se marche, por favor!"


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