La opinión de @AlbertoLambea del Southampton FC 1-6 #LFC
La inédita pareja Sturridge-Origi brilla en la primera
goleada de la era Klopp
Cero es el número de minutos que habían disputado juntos con
el Liverpool hasta la pasada noche Divock Origi y Daniel Sturridge. Ambos
comandaron, con un hat-trick y dos goles respectivamente, a un vertiginoso
equipo hasta la goleada ante el Southampton (1-6), que mete de lleno al club en
la pelea por el título de la League Cup. El Stoke ya espera en semifinales.
Aunque a simple vista no lo parezca, Sturridge y Origi
tienen mucho en común. El primero vivió el año pasado un calvario de lesiones
que se prolonga en el tiempo hasta hoy, lo que le ha impedido volver a ser el
otrora infalible ariete de arrítmicos bailes. El segundo también vivió una
pesadilla, en su cesión al Lille ya como jugador red, pero por distintos
motivos. Origi estuvo el curso pasado desde el 2 de octubre de 2014 hasta el 15
de marzo de 2015, 1509 minutos sin ver puerta. Es decir, el equivalente a más
de 16 partidos completos sin hacer lo que se le pide a un delantero: marcar gol.
Ambos encontraron en St. Mary's la terapia que necesitan para llevar lejos a su
equipo, liderado por un Jürgen Klopp del que ya nadie duda que ha dejado huella
en 11 partidos.
Sobre el césped, el club de Merseyside es un acordeón.
Alterna compases de presión agobiante, en los que algunos jugadores parecen
dispuestos a chocar de pecho con su adversario con tal de robarle el balón, con
otros de granítica defensa en campo propio, eso sí, todavía con grandes
lagunas. Lo demostró en el primer minuto Alberto Moreno ante Sadio Mané, dos
jugadores de poco más de 1,70 metros de altura. El del Southampton aprovechó el
despiste del sevillano para saltar sin oposición y volcar al público con un
cabezazo a gol, ya de por sí entregado para pitar con rabia a sus ex, Lovren y
Lallana. En una semana en la que se había hablado mucho de una hipotética
incorporación del exsevillista al Real Madrid, con declaraciones públicas de su
representante y suyas, erró tanto en fase defensiva como acertó en la ofensiva.
Una especie de Jekyll en campo contrario, envenenado por Mr Hyde en el propio.
"Klopp me pide que tire para arriba, que a la hora de defender siempre
tendría ayudas", dijo recientemente en COPE. Magnífico en ataque, no debe
olvidar que es defensa.
Poco importó a Sturridge el despiste atrás, y algunos que
llegaron en los instantes sucesivos, porque dos zarpazos suyos en cuatro
minutos dieron la vuelta al marcador. Goles de antaño para el '15' red. El
primero, un mal control resuelto desde el lado izquierdo del área con una
bicicleta y un zapatazo potente y preciso. El segundo, la culminación a un
recorte de tacón seguido de una asistencia sideral de Emre Can con el exterior
de la bota derecha al espacio, propia de los mejores pasadores del mundo. Él no
lo es, pero con su compatriota Klopp parece abocado a ser el mejor actor de
reparto de la película de Jürgen. Antes del descanso, Alberto Moreno empaló un
balón muerto desde la frontal y Origi rozó la bola para hacer el 1-3 y
estrenarse como goleador con su nuevo club.
El pase de Emre Can fue sublime.
En la segunda parte, ya con Ibe sobre el césped y sin un Sturridge que había dejado un recital de movimientos en todo el frente de ataque, al joven belga se le debió pegar algo de su pareja ofensiva. Desmarque de ruptura, pase al hueco de Ibe y con misil que destrozó la red de Stekelenburg, aquel que no hace tanto sufrió en sus propias carnes el gol de Iniesta en Sudáfrica 2010. Y eso que los saints siguieron llegando a la meta de Bogdan, pero un halo impenetrable hacía imposible ver otro gol de los suyos en su terreno. Magia negra, más que acierto defensivo de los reds, que evidencian que aún deben mejorar en el aspecto defensivo si quieren pelear con los de arriba.
Que gran gol marcó Origi.
De todos modos, los goles siguieron cayendo en un ejercicio
de eficacia sin comparación. Un tiro, un gol, dos tiros, dos goles... y así
hasta el sexto. En el quinto, de nuevo Alberto 'Jekyll' subió con acierto la
banda y asistió a Ibe, que no perdonó excesivamente solo en el área. En el
sexto, Origi cerró de cabeza su hat-trick con un pase del academy Brad Smith ante
la incredulidad de Klopp en la banda. Ni siquiera Ibe se lo creía, cuando tras
el pitido final y la clasificación para semifinales de la League Cup preguntó a
Divock los goles que había marcado: "¿Dos o tres?", señalaba con el
dedo. Los 90 minutos de Randall y la incorporación de Brad Smith fueron otra
buena noticia, esta vez para la cantera de los de Anfield. El sorteo posterior
deparó un cruce con el Stoke City con la vuelta en Liverpool y la posibilidad
abierta de un derbi de la ciudad con los toffees, por el título: la otra
semifinal deparó un Everton-Manchester City.
Por si alguien quedó mareado por el vertiginoso ataque del
Liverpool, confundido por unas transiciones en escasos segundos con aroma a
Dortmund o extasiado por el set y partido al Southampton, Klopp avisa en rueda
de prensa: "Si alguien en esta sala cree que el partido con el Newcastle
es fácil, ¡que se marche, por favor!"
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