Conociendo a Loris Karius por @SharkGutierrez
Fiabilidad alemana
Por Shark Gutiérrez (@SharkGutierrez)
La soledad es algo a lo que un portero siempre ha de enfrentarse. Independientemente de lo que suceda, se requiere mucha autocrítica y seguridad en sí mismo para asumir responsabilidad. Cualquiera no puede ser guardameta. Surge, la mayoría de las veces, como algo espontáneo o accidental, no como algo para lo que se nace preparado. Sin embargo, esa tendencia ha ido cambiando en los últimos años. En Alemania, quizás, desde hace mucho más tiempo que en otros sitios. Lo que explica, no solo el carácter germano, sino también la capacidad de visualizarlos como héroes; esos que son capaces de cambiar el signo de un partido con una mano, o cualquier otra parte de su cuerpo. Un escudero del que siempre fiarse. Tal vez sea la explicación de cómo existe (y ha existido), desde hace 30 o 40 años, generaciones sucesivas de guardametas que cambiaron la vida y destinos de Alemania. Ejemplos varios tales como Harald Schumacher, Sepp Meier, Andreas Köpke, Bodo Illgner, Oliver Kahn o Uwe Kamps, probablemente hayan marcado el camino (o modelos a imitar) de muchos porteros de hoy en día.
Uno de esos porteros de nueva generación es Loris Karius, el flamante fichaje del Liverpool, cuyo coste es de unos 6,2 millones de €uros. A priori, es una cifra considerable para un club alemán como el Mainz, pero para el Liverpool, su relación coste-precio puede ser de las mejores noticias para los scousers. Nacido en el distrito de Biberach, cerca de la frontera natural de Baden-Wurttemberg con Bavaria, la carrera de Loris comenzó a ir en serio cuando ingresó en el SSV Ulm, uno de los equipos más conocidos del estado. Su llegada al Stuttgart coincidió con la salida de Thomas Tuchel, quién había vuelto a Augsburgo para dirigir al filial. La llegada a una de las mejores canteras del país, le abrieron las puertas de la selección nacional juvenil en 2008, con apenas 15 años (selección sub-16). Después de ver sus grandes actuaciones, el Manchester City invitó a él y a su familia probar con los “sky blues”, quiénes pusieron mucho dinero sobre la mesa. A pesar de pasar dos años allí, Loris nunca debutó con el primer equipo, con lo que volvió a Mainz por petición de Thomas Tuchel. Llegó como cedido, pero sus actuaciones con el filial en la Regionalliga hicieron que su cesión fuera un contrato por un par de temporadas. Eso fue en enero de 2012, casi un año después se haría con el puesto en la portería del Mainz. La lesión de Heinz Müller y la expulsión de Christian Wetklo provocaron su debut en diciembre de 2012. A partir de entonces, con apenas 19 años, Loris Karius se hizo titular indiscutible. Su crecimiento ha sido notorio en estos tres años, especialmente entre 2013 y 2015, donde el Mainz alcanzó cotas europeas. En el equipo nacional, Timo Horn estuvo por delante casi siempre, a pesar de ir apareciendo en los distintos equipos inferiores hasta llegar a la selección sub-21.
Uno de los motivos por los que no ha sido llamado a la selección nacional es la alta competencia que hay en el puesto, algo que podría haber motivado su salto a un equipo con historia de primer nivel europeo y, de paso, encomendado a Jürgen Klopp para intentar recuperar su grandeza en el menor tiempo posible. En Inglaterra ha habido una gran carencia de porteros a nivel nacional, lo que implica que haya que buscar fuera de casa. Klopp, gran conocedor de la Bundesliga, quiere moldear el Liverpool con jugadores de una liga que ya conoce. Con Emre Çan, Roberto Firmino y Joël Matip (internacional camerunés, pero nacido en Alemania), Karius se convierte en el cuarto refuerzo (en los últimos dos años) que proviene de tierras germánicas. La portería estaba siendo un problema para el Liverpool; nadie parece asentarse en la portería de Anfield, tras la salida de Reina en 2013. Simon Mignolet fue el elegido, tras tres buenos años en Sunderland, pero el belga no ha convencido: actuaciones de nivel dispar, con un rendimiento dudoso por alto y sobreactuando en algunas paradas, el guardameta no ha convencido a la afición de Anfield. ¿La razón? Que no transmite la seguridad que necesita una zaga como la del Liverpool, y eso repercute en su confianza a la hora de defender. Esto, a su vez, pasa factura en el comportamiento colectivo.
Loris Karius es todo seguridad. Se trata de un portero que transmite todo lo contrario a lo mostrado (hasta la fecha) por Mignolet. Su personalidad es propia de alguien que lleva muchos años en la élite profesional, a pesar de sus casi 23 años. Esta seguridad en sí mismo se demuestra en situaciones de uno vs uno, dominio del área pequeña y colocación o posicionamiento: rara vez duda en sus salidas, donde demuestra tener aplomo y/o aguante ante jugadores más experimentados; aguanta el tipo hasta el final y no tiene atisbo de duda en salir, si cree que llega antes que el rival. Generalmente suele achicar mucho espacio (o portería) a los delanteros: lee con bastante antelación los movimientos del rival cuando tiene que salir de los tres palos. Ese exceso de confianza, en ocasiones, le hace cometer errores incomprensibles, pero es algo que ha ido corrigiendo con el paso del tiempo. En saques de esquinas, o en libres indirectos ejecutados por el rival en cualquiera de los dos costados, es de los porteros académicos: gusta de blocar, no dejar nada al azar de una segunda jugada. Solo despeja de puños cuando no tiene más ocasión de hacerlo, y eso es algo que transmite confianza a sus compañeros, cuando el balón sobrevuela (o va por raso) el área pequeña.
Sobre la línea es un portero ágil, de bastantes reflejos y, al contrario de lo que ocurre con los balones aéreos, se caracteriza por ser bastante heterodoxo. Esto significa que para con todo lo que pueda utilizar para parar: torso, extremidades, cara…lo que sea. Característico también de otro portero alemán que iba para número 1 de la selección germana: René Adler. Aprovecha todo su cuerpo sobre la línea, así como también para anticipar al rival, si decide salir de su arco. Sobre la línea de gol es un portero que llega con bastante facilidad a los balones más esquinados. ¿La razón? Además de su posicionamiento y/o colocación bajo los tres palos (donde suele cometer algún que otro error casual), por sus 1,90 metros de altura. No extraña nada que llegue a esos balones “difíciles” para un portero, pero esto también se entiende por su sorprendente velocidad de reacción, algo que también le permite moverse como pez en el agua, cuando se trata de parar penas máximas. Así que gana enteros por su decisividad en momentos más complicados para el equipo.
No todo pueden ser virtudes y, además de lo aducido en párrafos anteriores, uno de los puntos más débiles de Loris Karius es su juego de pies. Esto puede ser debido a su contexto: los equipos que juegan tan directos y vertiginosos como el FSV Mainz, no ha necesitado un “portero-líbero” que controlase el toque de balón, ni tuviera responsabilidad para iniciar jugada. Manuel Neuer o Marc-André ter Stegen han aprendido debido, precisamente, a su contexto y lo han potenciado en sus respectivas estadías con Guardiola y Barcelona respectivamente. A pesar de la infinidad de veces que sus compañeros juegan el balón hacia atrás, Loris no suele realizar buenas entregas, cuando quiere ensanchar o estirar a su equipo, en busca de la segunda jugada o rechace que provocase la reacción del Mainz. Es lo que más intentaba, porque es lo que más le han enseñado a hacer, básicamente. Por esta razón, sus desplazamientos en largo (incluso con la pelota en sus menos y dispuesto a realizar su saque) no son todo lo precisos que cupiera esperar. Hasta el momento, en la Premier League esto tampoco va a suponer una losa demasiado grande de salvar, puesto que los guardametas no suelen tener esa función de “líbero”. No obstante, parece que las barreras se van a ir difuminando, y a Klopp le va a tocar educar a Karius en este sentido.
Resumiendo: Loris Karius es un portero que resulta ser un 8/10 en todo, salvo en juego de pies, y posiblemente mejore (si continua su evolución hasta ahora) lo visto en Mignolet. Transmite seguridad, personalidad propia y un intangible de decisividad, que le puede dar muchos puntos al Liverpool de Klopp. Un paso adelante en relación calidad-precio, que merece ser seguida muy de cerca por la Premier League.
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