Roy Hodgson. Llegaba al banquillo de Anfield relevando a Rafa Benítez. El técnico que llevó al modesto Fulham a la final de la Europa League, se enfrentaba al mayor reto de su carrera deportiva. Entrenar al Liverpool FC.

Negativa. Javier Mascherano protagonizaba el primer escándalo de la temporada al negarse a vestirse de corto en el segundo partido de la temporada frente al Manchester City. Era su modo de presión a la directiva para que le permitiera fichar por el FC Barcelona. Los reds perdían 3-0 y el argentino acabaría fichando por el club catalán.

Ridículo. El Liverpool caía estrepitosamente en la primera ronda de la Carling Cup ante el modesto Northampton FC de la League Two en los penaltys. Se empezaba a confirmar que los métodos de Hodgson no funcionaban.

Movilización. La campaña iniciada por la agrupación de supporters del Liverpool FC, Spirit of Shankly, contra los que por aquel entonces eran propietarios George Gillett y Tom Hicks, tuvo un seguimiento masivo e universal. La campaña movilizó a supporters de todo el planeta.

¡Mi cartera! Hicks y Gillett incapaces de afrontar el pago de la deuda al principal acreedor del club, el Royal Bank of Scotland, pierden el control absoluto del mismo. La norteamericana Fenway Sports Group, abona esa deuda y se convierte en el nuevo propietario.

Demanda judicial. El caso llega a los tribunales. Hicks y Gillett no están dispuestos a permitir la pérdida total del club y denuncian el hecho ante la máxima institución judicial británica. La Royal Court of Justice, desestima sus alegaciones.

John Henry. El propietario del equipo de los Boston Red Sox de la Major League americana de baseball, se convierte en el nuevo "owner" del Liverpool FC. Su exitosa gestión en la mítica franquicia americana, es su principal aval para devolver la gloria al club. Se inicia una nueva era.