Liverpool 1 - 1 Manchester United
Por McKormick (@McKormick)
Tras escuchar el 'You'll Never Walk Alone' resonando en la grada, el partido comenzó tan intenso como imprecisos eran los pases en el medio campo de ambos equiopos. El respeto entre ambos contendientes comenzó a romperse pronto con un Liverpool que quería imponer su estilo de juego frente a un equipo visitante que parecía tan devastado con la suplencia de Wayne Rooney como el ariete inglés con la sanción que ha sufrido por la expulsión con la selección.
Sin embargo, la primera ocasión cayó del lado de los de Ferguson, que se aprovechó de un error de marcaje de la defensa local para cabecear sin competencia al lateral de la red. Esa ocasión abrió el partido y animó a los locales con un Gerrard muy activo provocando un par de ocasiones que no encontraban rematador. Poco más allá de la media hora, llegó la gran oportunidad para el Liverpool: un balón aislado era atrapado por Suarez en el área, pero su disparo fue interceptado por David de Gea.
Tras un choque entre Lucas y Jones que suponía el punto final para la primera parte, comenzaba la segunda mitad en la que las intenciones de ambos equipos se reafirmaron: el Liverpool se hacía con el dominio del partido mientras que los visitantes rezaban por aprovechar alguna ocasión aislada, aunque sólo lograban llevar peligro a balón parado.
Precisamente, tras el lanzamiento de un saque de esquina forzado por Luis Suárez llegaba la jugada polémica del día: un remate de cabeza de Kuyt pegaba en la mano de Evans, pero el árbitro negaba la pena máxima a favor de los 'reds'. Llegaba el último tercio del encuentro y Dalglish daba entrada a Henderson en lugar de Lucas Leiva que, tras ser amonestado en el minuto 27, corría peligro de ver la segunda cartulina y marcharse antes de tiempo a los vestuarios.
Llegaba el minuto 66 y una falta en la frontal de Rio Ferdinand sobre Adam suponía un caramelo demasiado apetecible como para que un devorador con demasiados meses de abstinencia fuera a desaprovechar. Y así lo hizo. Con más técnica que potencia, Steven Gerrard buscaba el palo corto de la portería de David de Gea logrando decantar el marcador y alcanzando su gol número 50 en la competición doméstica en Anfield.
El tanto provocó la alegría de la grada y despertó a Ferguson, que automáticamente dio entrada a Nani y Rooney, una auténtica indirecta a sus jugadores que comenzaban a inclinar por primera vez el campo a su favor, aunque haría falta que el escocés pusiera toda la carne en el asador para igualar el encuentro porque sería Chicharito Hernández el encargado de anotar el 1-1 en el minuto 80. El mexicano, tras encontrarse con un balón en el segundo palo, no perdonaba subiendo el primer tanto de los visitantes. Un gol a todas luces injusto para los méritos que cada equipo había hecho.
Quedaban diez minutos y el Liverpool, como otras tantas veces, tendría que tomar el camino heroico si quería hacerse con los tres puntos. Primero fue Dirk Kuyt que veía con rabia como De Gea le sacaba un balón a bocajarro de manera espectacular. Después, un balón suelto no lograba encontrar rematador en el área de los visitantes y ya con el tiempo cumplido era Henderson quien disparaba con más intención que fortuna desde la frontal del área. En el córner resultante, Skrtel fallaba ante la portería desguarnecida del United acabando con la penúltima oportunidad de decantar el encuentro. La última correspondía a un remate de cabeza de Hendo que se marchaba alto dejando el empate como el resultado final.
Liverpool: Reina, Kelly, Carragher, Skrtel, Enrique, Lucas (57' Henderson), Adam, Gerrard, Downing, Kuyt, Suarez.
Manchester United: De Gea, Smalling, Ferdinand, Evans, Evra, Park (69' Rooney), Fletcher, Giggs, Jones (76' Hernández), Young (69' Nani), Welbeck.
GOLES:
1-0 Gerrard, 68'
1-1 Hernández, 81'
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