Anfield Legends: John Aldridge

by - abril 30, 2013


ALDO" THE REAL LEGEND"



El 12 de Septiembre de 1989 el delantero del Liverpool John William Aldridge fichó por la Real Sociedad de San Sebastián. Se convirtió de esta manera en el primer jugador extranjero en vestir la camiseta Txuri Urdin en la era moderna de la Real Sociedad. 

Joxe Mari Zabala Alda (@Oneclubman)

Comienza la temporada 1989/1990 para Aldo en el Liverpool, pero su presencia en el once se torna rápidamente muy complicada, tras la vuelta al equipo de Ian Rush la anterior temporada, después de su fallido periplo en la Juventus de Turín. Además el buen momento de Peter Beardsley hacen muy difícil su concurso en el once inicial del equipo de Anfield. La Real Sociedad de San Sebastián sabedor de la situación incomoda del jugador en la Premier y con el asesoramiento de su ex entrenador John Toshack, decide romper con más de 25 años de historia y fichar un jugador extranjero para su equipo. La Real era en ese momento aún un club con toda su plantilla formada por jugadores vascos de su cantera, y esta formula  le había aportado dos títulos de liga hacia una década. Pero la sequía de delanteros centro de calidad en sus filiales conllevo que Toshack aconsejase el fichaje de un delantero antes de su marcha al Real Madrid como entrenador. Ese delantero no era otro que John Aldridge, que con 31 años cambia Anfield por Atotxa, Liverpool por Donostia.



Su fichaje se cierra después de un partido en el que el Liverpool consigue un resultado escandaloso de 9-0 frente al Crystal Palace, en Anfield. La Real paga por él 1 millón de libras (210 millones pesetas de 1990) y el jugador se compromete por tres temporadas. Las perspectivas para Aldo eran a priori fantásticas; una bonita ciudad costera con un clima suave y con una magnifica gastronomía le esperaban. A cuenta del buen yantar contó en algún momento jocosamente que en Donostia se comía tan bien que su mujer tenía serios problemas para mantener la línea. Pero no todo fue de color rosa para Aldridge a su llegada. En el vestuario Txuri Urdin se encuentra con un ambiente algo hermético hacia un jugador extranjero, y además solo hay un jugador en la plantilla que habla inglés, el defensa Iñaki Alaba, que posteriormente se convertiría en su mejor apoyo y amigo dentro de la plantilla de la Real.



Al comienzo le cuesta entrar en el juego de la Real, pero Aldo no tarda en demostrar al viejo campo de Atotxa y a sus compañeros de equipo la clase de jugador que es. En el quinto partido de Liga anota los dos goles contra el Barcelona en un 2-2 y  se gana la confianza del vestuario. Se crea un vínculo muy especial de Aldo con la afición y de la afición con el jugador. Viniendo de un club como el Liverpool, donde sus aficionados son  lo más importante para el equipo, esta circunstancia tuvo su relevancia durante toda la estancia del inglés en Donostia. Aldo sintonizó de una manera muy especial con los aficionados de La Real, y se convirtió en muy poco tiempo en uno de los jugadores mas queridos por la parroquia txuri-urdin. No había partido en Atotxa en el que el publico no coreara su nombre con el cántico de "AL-DO, AL-DO, AL-DO…"

Sus números no hacían más que mejorar jornada a jornada, y su confianza crecía y crecía. Pero aunque sus objetivos deportivos se estaban cumpliendo de manera fantástica, su vida en San Sebastián no era todo lo idílica que pudiera parecer. Sus dos hijos, ambos de corta edad, no se hacían a la vida en Donostia, y  esto fue transformándose en un problema cada vez mayor. Al final, y después de unas vacaciones navideñas, toma la difícil decisión de terminar su segunda temporada en La Real y volverse a Inglaterra por el bien de su familia. Aldo hubiera continuado otra temporada mas, cumpliendo así su contrato íntegramente, pero ante la complicada situación optó por el bienestar de la familia.

Aldo dejó la Real en verano de 1991 con las magnificas cifras de 40 goles en 75 encuentros, marcando tanto al Real Madrid como al Barcelona. A los culés les anoto 6 goles en dos temporadas. Al margen de sus magníficos números a nivel deportivo, también dejó atrás un montón de amigos y una ciudad en la cual se sintió querido.



Su último partido con la elástica txuri-urdin fue un Real Sociedad -Mallorca, el 6 de junio de 1991. Todo aficionado de la Real que estuvo en la grada del viejo Atotxa guarda en su retina aquella despedida. El campo estaba lleno a reventar por que  la afición quería despedir como se merecía a un gran jugador que había dado todo por los colores, hasta el punto que la gente lo acepto como un jugador mas de casa. El partido termino con el marcador de 0-0 y los cánticos a favor de Aldo fueron continuos. Al concluir el partido ingles se acercó a uno de los fondos de viejo estadio, y se fue despojando te toda la equipación del equipo que llevaba encima hasta quedarse en ropa interior. La hinchada le reconoció lo que había aportado a la Real.

Aún hoy en San Sebastián se le tiene muy presente, y cada vez que la Real Sociedad anuncia el fichaje de un jugador extranjero mucha gente no puede evitar  comentarios del tipo "¿Te acuerdas de Aldo? Ese si que fue buen fichaje."

Para la Real Sociedad no fue fácil el fichaje de un jugador extranjero en aquella época, por que rompía con muchos años de una política de club en la cual solo se jugaba con jugadores vasco. Pero lo que esta claro es que una vez que tomó la decisión de fichar un  extranjero, la opción elegida no pudo haber sido mejor. De hecho, el acierto del fichaje de Aldo fue de tal magnitud que la siguiente temporada la Real fichó a otros dos jugadores británicos: Dalian Atkinson del Sheffield Wednesday y Kevin Richardson del Arsenal, pero ninguno de los dos llego a las cotas de Aldridge.


En Marzo del 2007, en uno de nuestros viajes a Liverpool donde disfrutamos de un Liverpool-Arsenal, tuvimos la fortuna de reunirnos con Aldo en su Pub Aldo's Place, y acompañados por unas Guinness, charlamos largo y tendido sobre La Real y sus años en Donostia. Nos confesó lo enriquecedora que fue para el conocer la Liga Española y que se consideraba muy afortunado de la oportunidad que le dio la Real. Un equipo del cual guarda un grandísimo recuerdo, tanto del club como de sus gentes. Nos contó que echaba mucho de menos la gastronomía Donostiarra y los buenos amigos que allí dejo. Y que mucha gente de la Real Sociedad, que gracias a Xabi Alonso a tenido la ocasión de ir a Anfield, le han visitado y le han trasmitido el grato recuerdo que todavía tienen de el en Donostia.



Aldo enamoro a Atotxa con su juego y con su carácter alegre, hasta el punto de convertirlo en uno de los jugadores mas queridos en la historia de un club centenario como la Real Sociedad.





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