La firma invitada: Analizando al equipo de Alan Pardew.
Newcastle, Oh, là, là
Visitamos St. James Park este sábado, el equipo de Alan
Pardew ha cambiado de una temporada a otra, pensamos que mejor que Montse
Garcia para hablarnos del conjunto “geordie” no había nadie mejor, Montse que
escribe para Lineker Magazine y @Betfair_Es, ha realizado varios textos para
Proyecto Panenka, también podéis escucharla en Es Radio, no había una persona
mejor para analizarlo que ella. Os dejamos con su análisis sobre los magpies,
muchas gracias por su colaboración.
El Newcastle United se puede definir en una palabra:
inestabilidad. Tan solo hay que mirar su rendimiento en las últimas cinco
temporadas para comprobar que no viaja en un tren confortable, sino que está
montado en una montaña rusa. Descendió, recuperó la categoría al año siguiente,
se situó en la parte media de la tabla, se quedó a las puertas de la Champions
logrando el billete para Europa y, en la pasada campaña, se temió por un
indeseable desenlace. Vaivenes que son reflejo de lo que el club es a todos sus
niveles: directiva, cuerpo técnico y plantilla. Solo se salva la afición.
Si hace apenas un año el Newcastle United pretendía
construir un proyecto sobre una base sólida y pensando en el futuro con Alan
Pardew al frente, una mala temporada por segundo año consecutivo podría llevar
a que el técnico no cumpliera su prolongado contrato. Puede que cuando
anunciaron su renovación por ocho campañas más no pensaron que las dudas
llegarían tan pronto. El que estaba llamado a ser el curso de consolidación se convirtió
desde el inicio en desilusión.
La 2012/13 fue una temporada frustrante para el Newcastle
United. El recelo generado en los primeros encuentros se convirtieron en doce
partidos de quince, de noviembre a enero, sin conocer la victoria en la
Premier. Lesiones, bajo rendimiento y escaso acierto de cara al gol fueron el
principal quebradero de cabeza de Pardew. La marcha de Demba Ba en el mercado
invernal supuso la gota que colmó el vaso. Sin él, Cissé quedó huérfano. Perdió
al jugador que le ayudaba a mejorar su efectividad. La respuesta del club tenía
acento francés. Debuchy, Yanga-M’biwa, Gouffran, Haïdara y Sissoko llegaron
para reforzar la plantilla. Marveaux y Bigirimana vieron cómo ya no eran los
únicos que ejercían de revulsivos. Sobre todo, Gouffran y Sissoko generaron
muchas expectativas por su rápida adaptación. Aún así, conforme pasaron las
jornadas se estancaron y el equipo llegó a jugar con el descenso. La afición
contaba los días para que el martirio se acabase y el verano viniera acompañado
de fichajes que estabilizaran los resultados.
Sin embargo, debieron conformarse con Loïc Rémy, otro francés más.
Arrancó la temporada 2013/14. A pesar de que se produjeron
menos fichajes de lo esperado, analizando la plantilla, Pardew no debería tener
problemas para afrontar con garantías el curso. El nivel de los jugadores es
apto para posicionar al equipo en la zona media-alta de la tabla. Incluso
podría aspirar a Europa si todos remasen en la misma dirección. Para ello deben
enfrentarse a sus principales problemas. La defensa continúa cometiendo los
mismos errores y deja en evidencia al resto. Este problema incide directamente
en otro. Al equipo le cuesta marcar y, si debe darle la vuelta al marcador con
frecuencia, el bloqueo se generaliza.
Es posible que no haya que mirar delante ni atrás, sino en
medio. Las diferentes opciones con las que juega Alan llegan a una única
conclusión. Con Anita el equipo pierde frescura, el juego se ralentiza y se
pierde presencia en el área rival. No se trata de echar las culpas a una única
persona, pero sí que una de las afecciones de este Newcastle lleva tatuado su
nombre. La línea que debe seguir el
equipo si pretende escalar puestos en la tabla y hacer frente a equipos como el
Liverpool, pasa por una actitud similar a la mostrada en Goodison Park. Aunque
parecía que el partido estaba decidido en el descanso, supieron reaccionar en
la segunda parte llegando a rozar la igualada. La aparición de Cabaye supuso el
cambio de guión que necesitaban. No hay dudas de que Yohan es la pieza clave
del esquema. Su visión de juego, sus pases, asistencias y disparos desde fuera
del área fortalecen al Newcastle. Su labor es tan completa que la temporada
pasada fue uno de los jugadores más amonestados de la plantilla. Capacidad de liderazgo
y concienciación defensiva. Si además se une con la efusividad de hombres como
Gouffran, Sissoko o Ben Arfa, el escenario da un giro de 180º. De hecho, este
último está llamado a ser vital. Si las lesiones le respetan y su cabeza no le
juega una mala pasada, debe conseguir la regularidad que ansía. Tiene físico,
técnica y la magia necesaria para ser esa clase de jugadores que decide los
encuentros de manera favorable y marca las diferencias.
Cissé debe reaccionar. El crédito comienza a esfumarse y debe
marcar con regularidad. Los goles de Loïc Rémy, la mitad de los que suma el
equipo, están dejando en un segundo plano sus carencias, pero no será por mucho
tiempo. Nueve goles en siete encuentros es una renta escasa y mejorable para
las Urracas. Cuatro de ellos se han anotado desde el descanso del choque con el
Everton. Un punto de inflexión que generó la victoria ante el Cardiff y que
debe permitir que sigan en esa línea, a pesar del paréntesis consecuencia de
los partidos internacionales. La cita contra el Liverpool servirá para
comprobar si realmente el Newcastle ha comenzado su racha ascendente o, por el
contrario, se produce otro de sus vaivenes que generan tanta desconfianza. El
sábado tendremos la respuesta.
Loic Remy se ha convertido en el hombre gol de las "urracas".
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