La conquista del Bernabéu.

by - febrero 25, 2014


La conquista del Bernabéu

 

Para cualquier club del mundo la visita a uno de los campos más históricos del planeta fútbol es motivo de celebración, más si cabe si la cita se produce dentro del marco inigualable de la Champions League. El azar de los sorteos había querido que estos dos equipos acostumbrados a recorrer Europa cada año, nunca se hubieran enfrentado en partido oficial en sus respectivos estadios. Su único enfrentamiento en la antigua Copa de Europa se produjo en París, en la final de 1981, donde se pudo ver como los rojos de Merseyside levantaban su tercera Copa de Europa. Hoy se cumplen cinco años de la primera visita del Liverpool al Santiago Bernabéu, y yo estuve allí...

Por Luis_JFT96 (@Luis_JFT96)

Voy a intentar relataros lo que mi frágil memoria recuerda de un partido histórico, para mi, porque era la primera vez que veía en directo un partido de eliminatorias de Champions League de los Reds, y para el Liverpool, porque era la primera vez que jugaban en el Bernabéu en un partido oficial. Nada menos que 14 Copas de Europa sobre el césped. Parece como si la diosa Fortuna hubiera estado jugado con las pelotas de los sorteos para que nunca coincidieran estos dos gigantes del fútbol europeo, no en vano son el primer y el tercer equipo con mayor número de "orejonas" en sus vitrinas, hasta que yo pudiese estar presente.

No soy del tipo de aficionado que se lanza a la aventura sin más, así que salí de la pequeña localidad del norte en la que resido con una entrada en mi cartera. Eso sí, la localidad que tenía asignada estaba justo encima de Ultras Sur (todavía entraban al campo), lo que no me tranquilizaba en absoluto, porque mi idea era acudir al campo luciendo orgulloso los colores de mi equipo. Ya había estado unos meses antes en el Vicente Calderón viendo el Atlético - Liverpool de la fase de grupos y no me encontré ningún problema por animar a mi equipo, claro que Torres y la coincidencia de colores en la bufanda facilitaban el "trabajo". Vamos, que cuando Juan Liverpool me propuso cambiar mi entrada por una en el lateral del estadio en la que estaría acompañado de seguidores del Liverpool no dudé ni medio segundo, ¡aunque fuese en el cuarto anfiteatro! Por cierto, en el precio que pagué por la entrada original se incluía el viaje de ida y vuelta a Madrid desde mi ciudad, pero era un viaje en plan "japoneses por Andalucía", es decir, llegar tres minutos ante del pitido inicial y volver con el pitido final... nada apetecible, así que viajé por mi cuenta para disfrutar de la previa por Madrid.

 

Pasé la mañana con Juan a la puerta del hotel donde se alojó el Liverpool, sin demasiada suerte, aunque sí pudimos hablar con uno de los físios del club. Desde allí nos dirigimos al que sería punto neurálgico del resto de la jornada en Madrid, la Plaza Mayor.  La reunión de la parroquia red fue muy diferente a la de octubre, esta vez el clima acompañaba y los hinchas se dedicaron a pasar el día en las terrazas de la sunny Spain para regocijo de los hosteleros madrileños, lo que nos permitió disfrutar en su máximo esplendor los clásicos banners de la afición scouser.

Otra tradición de las previas que pude vivir fue la de “jugar” con balones de plástico a tirarlos lo más alto posible... juego que derivó en “a ver quién la mete por la ventana de ese tío que ha colgado en su balcón una bandera del Real Madrid". Algunos cánticos más tarde decidimos subir al Bernabéu, ya acompañados de algún otro ilustre seguidor español del Liverpool. La preocupación que tenía sobre mostrar o no mis colores desapareció al comprobar que había gran cantidad de reds a lo largo del parking del Bernabéu cantando despreocupados ante la asombrada mirada de los madridistas.


Después de sacar las rutinarias fotos del estadio seguí la táctica habitual de hacerme amiguete del madridista con el compartiría asiento esa noche. Me preguntó el porqué éramos del Liverpool, le contesté y además le dije que Raúl tenía que estar en la selección, y tan amigos. En realidad no tuvimos ningún problema en el campo pese a continuar a voces todos los cánticos que se iniciaban en el sector visitante, tan solo un vejete nos increpó diciendo “vosotros que sois 'hispanos' no podéis ir contra el Madrid”,  al que Lover contestó con maestría “pero si hay más españoles en el Liverpool que en el Madrid”. De la afición del Madrid me llevé una impresión muy buena, no solo por aguantar nuestras voces, sino por apoyar a su equipo, y eso que estaba en una zona del campo bastante "pipera". De hecho me sorprendió bastante que nadie me dijera nada después de celebrar el gol de Benayoun subido al "quita-miedos", gritando un "YES!" fantástico a los cuatro costados.

 

Del partido hay poco que decir. Ganamos 0-1 con el mencionado testarazo de Benayoun, gracias a una absurda falta del pretendido por Rafa Benítez, Gabriel Heinze, cuando parecía que el partido se dirigía irremediablemente hacía el empate a cero. También que Torres jugó lesionado y que Xabi Alonso casi marca un gol típico de los suyos desde el centro del campo. Poco más.

Al acabar el partido nos quedamos para ver la salida de los jugadores a saludar a los 5.000 que habían venido desde Liverpool, y a cantar un poco más (incluyendo un "We shall not be moved" memorable), ahora con más tranquilidad al no quedar ningún madridista en el campo. El viaje nos depararía una sorpresa más ya que, cuando nos íbamos, pudimos coincidir con un campeón de Europa con el Liverpool, Michael Robinson, al abordamos, por decirlo de alguna manera, y con el que estuvimos cantando un poco. Casi se nos olvida inmortalizar el momento, pero al final alguien se acordó de sacar la cámara...


De vuelta a casa pude escuchar en la radio las bravuconas declaraciones del presidente coyuntural del Real Madrid que tanto motivarían a la plantilla red para lo que estaba por venir, pero esa es otra historia...



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