Michael Robinson, un futbolista con principios.

by - febrero 20, 2014


Michael Robinson, un futbolista con principios.



Esta es la historia de un chico nacido en Leicester a finales de los 50 del que su gran sueño era jugar en el Liverpool. Ese sueño se hizo realidad en 1983. Michael John Robinson abandonaba el Brighton & Hove Albion para pasar a formar parte de uno de los mejores Liverpool de la historia. Ese año el club de Anfield lograría vencer la Liga Inglesa, la copa de la Liga y la copa de Europa.

Por Joxe María Zabala (Oneclubman)

Robin heredó de su padre la pasión por el Liverpool, lo que les llevó en innumerables ocasiones a recorrer las 117 millas que separan Leicester de Liverpool para ver in situ al club de sus amores.

Su carrera futbolística como profesional comenzó con tan solo 17 años, Robin era un delantero que tenía mucha facilidad anotadora y dominaba a la perfección el juego aéreo. Cualidades que para Sir Bobby Charlton entonces entrenador del Preston North End que no pasaron desapercibidas y decidió presentarse en casa de los Robinson para ficharlo. Con el Preston jugó durante 4 temporadas, de ahí fue traspasado al Manchester City por 750.000 £, importe que, de no ser por el 1.000.000 £ que pagó el Nottingham Forest por Trevor Francis días antes, hubiese sido el mayor traspaso de historia del fútbol por aquel entonces. Del City pasó al Brighton & Hove Albión donde verdaderamente triunfó y llegó a jugar una final de la F.A.Cup. Hasta que un día el técnico del Brighton Jimmy Melia, que jugó en el Liverpool, le llamó para comunicarle que iba  ser traspasado al más grande de Gran Bretaña. Él  no quería ir ni al Everton ni al Manchester United. "¿Al Rangers? ¿Al Arsenal?", le preguntó. Sentía demasiado respeto por el Liverpool como para preguntar por él. Se menospreciaba a sí mismo. Nunca se hubiera fichado para el Liverpool porque lo quería demasiado y no quería romper nada. Al final, Melia, mirándole a los ojos insistió: "El más grande". "¿El más grande?", le repitió. Se dieron un abrazo sin nombrar la palabra 'Liverpool'. No hizo falta nada más.



El día de su presentación con el Liverpool y frente a los medios de comunicación, Robin recordó algo que le ocurrió en uno de sus viajes de niñez desde Leicester a Liverpool: "Un día iba en coche con mi padre a Anfield. De repente, nos perdimos por una nueva circunvalación y tuve que preguntar a un hombre: '¿Cómo se llega a Anfield?', 'luchando, sacrificándote, entregándote en cuerpo y alma', me contestó".



"Cat" como llamaban a Robinson los compañeros del Liverpool pronto entabló una gran amistad con Graeme Souness, verdadero líder de ese vestuario. Para Robin era una situación extraña, estaba compartiendo vestuario con gente a la que idolatraba. Su papel en el Liverpool era la de ayudar a Ian Rush en la delantera y oxigenar de  minutos a  Kenny Dalglish para garantizar su longevidad. La temporada fue fantástica para el Liverpool, vencieron en la competición liguera, posteriormente denominada Premier, y en la copa de la Liga, pero el mayor logro fue ganar la copa de Europa frente a la Roma y disputando se esa final en el campo de la Roma, algo que ningún club había conseguido con anterioridad, vencer la final en casa del rival. Esa temporada, entre todas las competiciones, disputó un total de 42 encuentros y anotó un total de 12 goles. Pero al finalizar la temporada a Robin le invadió una duda, no tenía nada claro que el fútbol que tenía el en sus botas era lo suficientemente bueno como para jugar en ese gran equipo. El Liverpool además había fichado a Paul Walsh y Robin no quería acabar jugando en el reservas y siendo un lastre para el equipo. Su pasión por el Liverpool era demasiado grande como para que el fuese un problema.. Así, el día de nochebuena tomó la decisión más dura de su vida y pidió ser traspasado al QPR. Al día siguiente, era el Boxing Day, el Liverpool jugaba contra en Leicester City, Robin junto con su mujer fue a Anfield a recoger las botas y en el camino de vuelta se encontró con los aficionados del Liverpool que caminaban hacia Anfield para ver el partido. Partido en el que Robin iba a ser titular de no haber pedido el traspaso. Al llegar a casa rompió a llorar como no lo había hecho desde que era niño.



En el QPR pasó dos temporadas, pero como él recuerda no fue nada justo con el equipo londinense, todo eran comparaciones con el Liverpool. Finalizó su carrera futbolística en el Osasuna de Pamplona donde recaló buscando un fútbol diferente al británico. Al colgar las botas comenzó la faceta televisiva con la que la mayoría de los aficionados actuales le reconocen, por eso y por ese castellano con acento inglés tan peculiar por el que temporalmente tiene que ir a Inglaterra para no perderlo y perfeccionarlo...




El Liverpool en Michael Robinson tiene un magnífico embajador, por que los valores y los principios que demostró hacia el club de sus amores, hoy en día en el fútbol actual, brillan por su ausencia.



Os dejamos una entrevista muy interesante que le hicieron en "Kaiser Magazine"Michael Robinson.



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