Análisis de la temporada: Yo también resbalé.

by - junio 09, 2014


Yo también resbalé




Por Jesús Ruiz (@jruiz8888)

Que levante la mano aquel que no se haya resbalado nunca. Y no, no me refiero a la típica caída que tienes en la calle la cual o intentas disimular haciendo como que no ha pasado nada aunque mueras de dolor por dentro o en la que, por el contrario, miras de forma inquisitoria al suelo para que haya algún objeto cercano que pueda acarrear la culpa de tu, muy seguramente, vergonzoso resbalón. No, no hablo es esos resbalones. Me refiero más bien a esa ocasión en la vida en la que alguna vez los planes se han torcido, el camino te ha hecho tropezar con alguna inesperada piedra o, simplemente, las cosas han salido mal.

Seguro que nadie ha alzado su mano. Es más, se que muchos sabréis lo que eso además, con perdón, ‘jode’ si te sucede justo cuando estás apunto de llegar a la meta, de lograr uno de los objetivos que te marcaste o si quizás el resultado que esperabas positivo ha sido inexplicablemente negativo. 

Pues eso nos sucedió a todos los reds el pasado 27 de Abril en Anfield cuando, de la mano de nuestro capitán, resbalamos, caímos al suelo y vimos como Demba Ba se iba solito hacia portería a marcar gol. 

Resbalamos con Gerrard y perdimos la Premier League. Aquella que llevamos buscando desde hace 14 años, nada más y nada menos. Esa, se nos fue. Porque puede que hablemos del empate ante el Crystal Palace, de que el City no pinchó en ningún encuentro de ahí al final y de que, con algo de la suerte que no nos ayudó meses atrás ante los propios City y Chelsea en sus estadios, podríamos habernos hecho con el título.

Pero no fue así. Y una liga que se veía tremendamente cerca se esfumó en un instante. Las alegrías de haber ganado y goleado como en antaño a los de la cabeza de la tabla se esfumaron. La sensación de que estábamos haciendo el fútbol más vistoso, entretenido y ofensivo de la Premier se esfumó con la caída de Stevie (pocos más que él merecían ganar este título) sobre el verde de Anfield. 



Y en nuestras cabezas aparecieron los errores, perdón, los MUCHOS errores defensivos. Una pareja de centrales que no fue fija, el esperado bajo nivel mostrado por Cissokho la lesión de José Enrique, los inesperados cambios de sistema de Rodgers al inicio de curso, el mal año de Joe Allen, el maltrecho físico de Lucas, las cantadas de Mignolet, la cesión de Moses o los ya míticos ‘partidos torrija’ made in red. Y el resbalón sí, el maldito resbalón.

Pero… ¡Qué leches! ¿Ese resbalón borra acaso la sublime temporada de Luis Suárez? ¿O la Bota de Oro del uruguayo? ¿Borra tal vez los bailes de Sturridge? ¿La dupla SAS se desvanece por ello? ¿No existe ya por el resbalón la magia que nos ha regalado Coutinho o el paso delante de Sterling? ¿Alguien osa a hablar mal del rendimiento de Henderson? ¿No es Flanagan (y su gol ante los Spurs) motivo de veneración? ¿Resbalar y darle a Demba Ba el balón empaña el fantástico año de nuestro capitán reconvertido ahora a centrocampista más retrasado? 

No, no y no. Mil veces no. No ganar una Premier que rozábamos con los dedos no borra que este año el Liverpool ha recuperado la sensación de EQUIPO en su más pura esencia. Ni mil resbalones harán que el ambiente de ilusión y emoción en Anfield se diluya en “otro año más”. No. No ha sido así aunque la tristeza y la desazón haya embargado en algún instante el corazón del aficionado red. Aunque hayamos resbalado.

Porque, además, y no se le olvide a nadie, estamos ante un club acostumbrado a hacer lo esperado o lo inesperado (cada cual que se meta en el saco de los que pensaban al descanso en Estambul que adiós muy buenas en vez de creer en milagro o los que este año imaginaban a un Liverpool peleando por el título en vez de otra temporada más de “a ver si conseguimos volver  a  la Copa de Europa”) pero siempre haciéndolo de una manera prefijada. A nuestra manera que cantaría Sinatra. Ganemos o perdamos. El ‘Liverpool way’. 

Y eso, tengo muy claro que, una vez más y gracias a Dios para el creyente y al liverbird o a Fowler para el red, se ha vuelto a lograr esta temporada. Por lo tanto, con eso intacto y con la vuelta a la Champions, se que muchos se han levantado con orgullo tras ver como el Chelsea y el la parte más amarga del fútbol, nos marcaban un doloroso gol. Se han levantado y se han puesto a correr con el alma con el que aquel día lo hizo Gerrard para intentar evitar el tanto. Yo al menos ya me he levantado y estoy corriendo pensando en el año que viene. Aunque sí, no me cuesta admitir que, aquel 27 de Abril, de la mano de mi eterno capitán, yo también resbalé.


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