Anfield Legends: Frank Worthington, el delantero que no fue.
El delantero que no fue.
Todo fichaje tiene una frustración de algo que no paso, hemos sido participes en nuestra memoria de esos jugadores que llegaron aparecer con la camiseta de tu equipo o que han llegado a Melwood a pasar el pertinente reconocimiento medico y al final por cuestión del destino, nunca sucede , Roberto Couto nos cuenta una anécdota que ocurrió en aquellos años en el que los Reds empezaban a reinar en Inglaterra no sólo en los trofeos, sino también por su juego, Frank Worthington es la historia del delantero que no vistió de Red.
El 11 de noviembre de 1970 llegaban a la estación de Lime Street de Liverpool, un galés socarrón llamado John y su mujer Sue, que venían con sus maletas provenientes de Cardiff. El joven John, era John Benjamin Toshack, que había empezado a destacar como delantero en el club de su ciudad, el Cardiff City, lo cual llamó la atención del manager del Liverpool, Bill Shankly. Bill los fue a recibir un tanto nervioso. Había hecho el desembolso más grande hasta la fecha del club, 110,000 £. Eso era mucha responsabilidad, pero había otra cosa que le rondaba la cabeza, y no se le iba.
Toshack recibido en Lime Street por Bill Shankly.
Al año siguiente, ya con la llegada al club de Kevin Keegan, J.B. Toshack y Kevin conformarían una dupla que se hizo famosa por el “passing game”. Había balones largos que llegaban al pecho o a la cabeza del fornido galés, que luego prolongaba para que su compañero terminase la jugada en la red de los adversarios de turno. Pero sobre todo había mucho toque, algo inusual en las Islas. Durante su estancia de Toshack en el Liverpool, ganaron las Ligas de 1973, 1976 y 1977, la FA Cup de 1974, la Copa de Europa en 1977 y 1978, y la Copa de la UEFA en los años 1973 y 1976. Primero con Bill Shankly, y después con Bob Paisley. La época dorada del Liverpool.
¿Pero que rondaba en la cabeza de Bill en noviembre de 1970? Lo cierto es que hay que remontarse a unas semanas antes al fichaje de J.B. Toshack. La idea inicial dentro del cuerpo técnico del Liverpool era hacer incluso un desembolso mayor del que hicieron finalmente por el galés. Querían a toda costa al mayor talento joven de las islas en mucho tiempo por el que habían acordado pagar 150.000 libras. No era otro que el extravagante Frank Worthington.
A Worthington le llamaban “El George Best de la clase trabajadora”. Es posible que el Liverpool con su presencia no hubiese ganado los títulos que alcanzó con el galés en sus filas, o tal vez los hubiese superado, eso nadie lo sabe. Pero lo que si es cierto es que la historia hubiese sido distinta, y pienso que para mejor. La combinación de Keegan & Worthington hubiese sido de leyenda. Futbolísticamente, para hacernos a una idea, era de un estilo al de Le Tissier, pero zurdo. Un delantero de puro talento e inventiva, con un guante de seda en su pierna izquierda.
Como George Best, mujeres y desenfrenó estuvieron en la vida de Frank.
¿Pero porque se vino abajo realmente su fichaje? Lo cierto es que el fichaje se llegó a firmar, y se presentó al jugador. Pero para responder a esa pregunta debemos desgranar primero un poco al personaje. Frank Worthington era un tipo ciertamente peculiar. Su aspecto lo asemejaba más a una figura del rock, que a un futbolista. Largas patillas, tupé y en ocasiosiones un bigotito de lo más peculiar. La primera vez que fue convocado por la selección inglesa sub-23, apareció en el aeropuerto de Heathrow con una chaqueta amarilla de terciopelo, camisa roja de seda y botas de cowboy con tacón. Todo un figura.
Como hemos mencionado anteriormente, el contrato se firmó, pero los problemas en su fichaje se dieron a la hora de pasar el pertinente reconocimiento médico. No están claros los motivos, pero se intuyen. Hacía poco tiempo que había muerto el padre de Frank, y él se encontraba muy afectado con un cuadro de ansiedad bastante alto y la tensión arterial muy elevada. Otras fuentes apuntan a que tal vez fuesen otras circunstancias. Había rumores de que se debía a una gonorrea, motivada por la vida nocturna de Frank. Pudiera ser. Lo cierto es que Bill Shankly lo quería en sus filas a toda costa, y decidió mandarle de vacaciones una semana para que descansara. Pero el bueno de Frank no escogió un balneario en Bath para descansar, sino que se fue a Mallorca. Y en fin, a su regreso estaba en peores condiciones para el segundo chequeo que para el primero. Y aquí tristemente terminó su idilio con el Liverpool, y para desencanto de Bill.
Frank y Kenny.
“Si hubiera fichado por los reds, mi único límite habría sido el cielo” se lamentaría años después. Se vio obligado a jugar en equipos de un nivel medio/bajo como el Leicester, Bolton,.. en todos ellos su fútbol era un verso suelto “algunos jugadores de mi equipo desplazan el balón más lejos al tratar de controlarlo, de lo que puedo alcanzar yo con un disparo”. Pero a pesar de su ritmo de vida desenfrenado, llegó a gozar de la internacionalidad absoluta. Incluso fue máximo goleador en la temporada 78/79 ya en su madurez. Según sus propias palabras, estaba sentando la cabeza “En vez de salir siete noches a la semana, ahora solo salgo seis”. Pero aun a pesar de todo, de su ritmo de vida, de sus frases lapidarias contra sus compañeros, etc., jugó de manera ininterrumpida desde 1966 hasta 1987, ya con 39 años, pero sin conseguir ningún título.
“Solo me arrepiento de una cosa, de no haberme tomado las cosas más en serio para ir a Liverpool. Allí, mi único techo habría sido el cielo”.
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