El fútbol es una excusa de 90 minutos
El fútbol es una excusa de 90 minutos.
Debería hablar
del partido del Martes, de que estábamos a más de mil millas de Liverpool, pero
el otro día en Madrid parte de Liverpool estuvo en la capital, lo que pasó en el
Santiago Bernabéu no podrá para nada igualar el partido que vivimos antes del
mismo, fueron más de 90 minutos, muchos más, de risas, cánticos, abrazos, lo
que paso en 90 minutos fue una mera excusa para ver un trozo de la ciudad del
Mersey en Madrid.
Por George Olmos (@george_olmos)
No esperen aquí
encontrar un texto hablando de tácticas, de pases, de goles o disparos, porque
no los hubo, para mi el mejor partido que vi en materia Red, ocurrió por la
mañana en la plaza mayor de Madrid, en el que los balones, volaban cual
pateador de rugby, hasta que esos defensas, más duros que Skrtel en un día de
humos, te quitaban ese esférico y como
un niño mal criado te decían “El balón es mio y me lo llevo”. Si los ingleses
son los creadores de este deporte que es más que un deporte, porque te hace reír,
llorar y hasta soñar, en cada desplazamiento hay y habrá un balón, hasta que
ese niño, llamado policía te lo quite, porque es así.
La plaza mayor del Liverpool, digo de Madrid.
Un desplazamiento
a Madrid conlleva hacer de cicerone, de ser ese serpa para los que vienen de
fuera, en un momento de dejadez, por la marcha del equipo y por tu estado de
salud, puedes pensar en “no tengo muchas ganas de ver como nos humillan, me
quedo en casa con mi pena y mis amigos los resfriados que atacan mi garganta”,
pero en ese momento tras quedar con un kopite más alto que un castillo, te dice
“Es que a saber cuando vuelvo a ver al Liverpool tan cerca de casa”, en ese
momento como cual "Popeye" con su lata de espinacas, te vienes arriba, ves los
banners, ves a la gente, ves latas de cerveza, latas de cerveza y más latas y
piensas, “El fútbol me da lo mismo, tan
sólo lo que me pase con todos los que están aquí”, todo esto aderezado con
bocadillos de calamares, por cierto, nota, no por ser de la capital sabes donde
está el mejor bocadillo, para eso tienes casa, después de este apunte
prosigamos.
Los banners que existieron, hasta que la policía pensaba que una tienda cerrada, no debía llevar tan majestuosa frase.
Tras paso previo
por el pub de turno, con Reds de todo el mundo que parecían que ese Ferry que cruza el Mersey, sí , pónganse la canción “FerryCross The Mersey” para este momento, hizo parada en Triskel para desembocar en
el Santiago Bernabéu. Sin dejarnos en la memoria, ese trayecto en el metro de Madrid, mítico, creo que ese “Bounce Metro, Bounce”, aún resuena en mi cabeza, un pequeño The Kop en cuatro paredes, canciones bañadas de sangría por aquel jugador fascinante
que nos hacía saltar a los acordes de “You Are My Sunshine” o una máxima,
jugador que viste mi camiseta, jugador que lo defenderé, el gladiador italiano bien lo sabe, esto no es como empieza Mario, es como termina,
saltando y cantando su canción, las penas eran menos penas. El martes comprobé que para que tu corazón este contento, debes cantar con
los brazos bien abiertos, ensancha el alma, es recomendable, se lo diré a los médicos, sientes alegría, orgullo, nadie te puede parar, piensas que nadie te podrá parar. Todo este trayecto, desemboco en el coliseum blanco, allí abrazos, saludos con amigos, camaradas de
armas, se juntaban regados por cerveza, en un pequeño rincón, en el que una torre de babel, se hace cada vez más grande y en el que no te sientes ínfimo, piensas que mides 100 pies y que tu honda puede con aquel Goliat que te espera tras aquellos muros, son esos momentos en los que el
alcohol hace su efecto, piensan y piensas “Y si ganamos”.
La inocencia.
Lo que sucedió dentro
del estadio, ovaciones al capitán aparte, es como he dicho, es una excusa que pasa
durante 90 minutos, lo importante para tu existencia, es lo que pasa antes y
después, donde quedan esos lazos que te unen, con un tótem en común, el Liverpool.
*Este post
dedicado a todos esos que abracé, saludé y compartí un rato de mi vida a
su lado en el día en el que el Liverpool volvió a España.
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