Carta a mi capitán, gracias Gerrard.

by - mayo 04, 2015


Gracias mi capitán.




Por George Olmos (@george_olmos)

No me digan por qué pero yo no puedo juzgarlo, pienso que le debo algo, debe ser porque todo tiempo que pasó en mi memoria me hizo feliz, por eso mi deuda con él es de respeto, cuando leo "se irá y quién vendrá" o "está en baja forma" podría ser adalid y portar mi escudo pensando en defenderle a capa y espada, pero luego agacho la cabeza y pienso, mejor callar, no merece la pena, no salgas a lomos del "orgullo", no merece la pena.

Él no lo sabe, mi deuda con él es anónima. Ni me conoce, ni me conocerá, pero pasará el tiempo y seguiré pensando que le debo algo . Porque recuerdo aquel día, en el que su movimiento de brazos en una noche de mayo hizo, que cual ave fénix, pensara que en sus brazos nada nos podía pasar y que volaríamos juntos.

Cuando ese día, en el que en su púlpito muchos lo adoran o lo denostan, yo guardo silencio y en mi rincón de la memoria recuerdo para mis adentros ese momento en el que me hizo soñar, en que lo imposible, es posible con trabajo y con orgullo, que si crees, puedes, que muchas veces el corazón puede al desaliento. Porque la vida tiene esos momentos maravillosos en el que se juntan dos momentos que chocan para conseguir un momento de felicidad, él gracias aquello ha conseguido que mi deuda sea perpetua, que nada pueda romper ese vínculo.

Dicen que el día que nació Napoleón, una estrella cruzó el cielo cerca de donde nació, se dice que por eso estaba predestinado, yo creo que otra estrella cruzó el cielo de Liverpool cuando nació Gerrard.

Quedan pocos momentos para disfrutar de ese ocho, con la cabeza abajo, con pierna fuerte, que siempre está buscando ese pase que cruce el campo de costa a costa, con el liverbird grabado en el pecho. Hay momentos en los que hay que mirar hacia adelante, pero yo, no me digan porqué, miraré hacia atrás y le veré besando esa noche de Estambul aquella copa.

Dicen que el pasado fin de semana pudo ser su ultimo gol delante de The Kop, quedan ya tan sólo tres partidos para poder disfrutarlo, pero para mí no será malo, no será tristeza, porque los buenos momentos siempre ganan a los malos. Dicen en Turquía que tener los ojos azules es símbolo de tener suerte en todas partes, Mashallah (así lo quiso dios), seguro que él seguirá teniéndola, vaya donde vaya. Para mí siempre portará ese brazalete con orgullo, llevando la camiseta red con la cabeza bien alta, con los brazos abiertos, besando su escudo, mi escudo, vuestro escudo.

Gracias capitán.



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