Conoce al rival del #LFC, el FC Augsburg por SharkGutierrez
“Belleza y deber”
Por Shark Gutiérrez (SharkGutierrez)
“Dormía y soñé que la vida era belleza; desperté y advertí que era deber”. La frase de Inmanuel Kant bien podría ser una alegoría de la dicotomía entre sueño y realidad o disfrute y obligación. Con cierta frecuencia, muchos alemanes (y alemanas) se levantan de sus camas, temprano, con un frío propio de sus latitudes (y su carácter racional), mientras se plantea la eterna duda entre “disfrutar” y “tener que”. Verbos más antagónicos que las políticas económicas de un neoliberal y un marxista.
La frase del gran filósofo teutón no es más que una metáfora que representa, casi a la perfección, lo que es el FC Augsburg a día de hoy. Un marciano que empieza a reconocer pasos de una galaxia indómita: Europa. Algo que jamás, ni en sus más recónditos sueños pensaron que pudiera producirse. Daba igual en la dirección de los diferentes puntos cardinales tuviera puesta la vista, el suabo envidiaba todas ellas (Stuttgart, Múnich, Núremberg o Friburgo), siempre y cuando se refiera al aspecto deportivo y, por extensión, al fútbol. En una de las ciudades más antiguas de Alemania caminan, con paso firme (no sin pisar charcos donde pudo terminar cayendo) por el planeta Bundesliga. Acostumbrarse a ello era algo extraño y, a día de hoy, no solo se ha puesto calzado y vestimenta adecuada para andar por casa, sino que cabalga, a lomos de la ilusión, por la galaxia europea. El capitán, que ha ayudado a que la nave suaba surque los cielos de media Europa, es Markus Weinzierl. Markus es un ex futbolista que nunca pudo jugar en el Bayern y encontró refugio en categorías (y equipos) menores. Era defensa, de los expeditivos; esos que no tienen ningún atisbo de duda –incluso fallando mil y una veces por ello- en despejar una pelota que se meta en el manto de niebla que cubre la capital de Suabia.
El WWK Arena es la casa de los Weinzieri.
Weinzierl ha hecho de este Augsburgo un equipo correoso, difícil de doblegar. De los que aprovechan cada balón parado para hacerlo efectivo en gol; de los que están en bloque bajo, con las líneas muy juntas, involucrando a todos en trabajos sin balón, para así recuperar y volar hasta llegar a portería rival y a la mayor velocidad posible, siendo un adalid del aprovechamiento a causa del fallo ajeno. Un equipo hecho por y para hacer excelso –esta vez sí- el mensaje alemán de trabajo, sacrificio y contundencia.
Rául Bobadilla lleva 11 goles esta temporada, 6 de ellos en la Europa League
Para Weinzierl hay cuatro jugadores considerados básicos para su funcionamiento: Marwin Hitz, Paul Verhaegh, Daniel Baier y Raúl Bobadilla; el guardameta helvético (Hitz) es uno de los que más carácter ganador le imprimen al equipo. No duda en contar con su picardía para evitar que un penalti termine en gol, o en incorporarse al ataque si el resultado no le es favorable al Augsburgo. Como portero se trata de un meta con preponderancia a no atajar la pelota casi nunca, porque vive prácticamente de sus reflejos: intuitivo, felino y ágil son tres adjetivos que le caracterizan. Paul Verhaegh, por su parte, es el principal capitán del equipo suabo; además de jerarquía, sus condiciones de lateral que gestiona bastante bien sus incorporaciones, le ha llevado (en alguna ocasión) ocupar el puesto de central. Forma parte de esa aguerrida imagen que proyecta el FCA. En el centro del campo, la batuta de la orquesta sinfónica es Daniel Baier. Con calidad para salir de situaciones comprometidas y buen pie para realizar envíos perpendiculares, cambios de orientación, balones al hueco o tirar faltas, el otro capitán de la plantilla es uno de los jugadores con más calidad técnica del grupo. Es por esa razón, y no por ninguna otra, que prácticamente no se pierde ningún partido desde que el Augsburgo subió a primera división; ya entrado en la treintena, Pep Guardiola se ha quedado (más de una vez) encantado con la calidad y el nivel del “10”. El último, pero no por ello menos no importante, de estos nombres es Raúl Bobadilla. Nacido como argentino y nacionalizado como paraguayo, el guaraní es un futbolista útil y del que siempre se saca rédito. Puede jugar como 9 “clásico” para fijar la atención de los defensas y, de esta manera, ser una referencia para el juego directo, como también puede jugar en banda derecha para ser un elemento de presión para el lateral y central de la banda izquierda. Con un físico bastante peculiar, su fútbol engaña mucho a los rivales y goza de un tremendo chut, cosa que ha aprovechado en alguna ocasión con libres directos.
Daniel Baier hace bailar al Augsburgo al son de su batuta.
Estos cuatro jugadores, junto a otros complementos como Callsen-Bracker, Tobías Werner o Caiuby hacen, del equipo dirigido por Weinzierl, un rival más complicado de lo que en teoría parece. Esta temporada, además, ha incorporado a jugadores de la talla de Finnbogasson (en enero) o Piotr Trochowski (un jugador de un nivel superior al del Augsburgo, pero con muchos problemas con las lesiones). En definitiva, no se trata de un equipo bello (al que ellos aspiran y sueñan ser algún día), sino más tendente al “deber”, al “tener que”, y a sorprender a propios y extraños por esa razón. Kant no se equivocaba con su filosofía porque el FCA ha aprendido de ella.
Una de las caras conocidas para la afición sevillista será Piotr Trochowski.
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