Recuerdos de Estambul, así lo vivió Ancelotti.

by - mayo 24, 2014



Ancelotti “Miré las manecillas del reloj, parecían correr hacia atrás. Estaba paralizado. Todo giró 180 grados”



La final más recordada por muchos amantes al fútbol es y será la que nos dio nuestro quinto entorchado aquel 25 de Mayo, en su autobiografía el técnico ahora del Real Madrid, Carlo Ancelotti tiene un capitulo sobre lo que allí aconteció, parte de nuestra historia, pesadilla en aquellos días para el ex técnico rossoneri.

Redacción Esto es Anfield.

Dos mentes privilegiadas, dos entrenadores que sacaban y sacan el máximo rendimiento a sus equipos, dos inconformistas que se sentaron en el tablero del estadio turco para dilucidar quien ganaría esa partida.

“Era la gran final en el Atatürk Stadium de Estambul. Nosotros nos alineamos con un 4-3-1-2, mientras que el Liverpool siguió su prudente esquema, el 4-4-1-1. La selección de Benítez dejaba ver su idea de crear superioridad en el centro del campo y buscar la contra. El camino del Liverpool se había basado en dos datos: 1) No había encajado ningún gol en sus últimos tres partidos. 2) Nunca había perdido por dos goles de diferencia. Pero en un minuto ya ganábamos con gol de Maldini. La táctica defensiva inglesa había saltado por los aires y su centro del campo, descubriéndose, era menos sólido de lo previsto. Dejaban a Pirlo y Kaká posibilidades de verticalizar el juego y crear ocasiones. El 2-0 y el 3-0 de Hernán Crespo fueron la expresión de ello. ¡3-0 y dominio absoluto al descanso!”.



Nada podía hacer presagiar lo que pasaría en la segunda parte, la euforia del cuadro del norte de Italia le hacía tocar con la punta de los dedos la Copa de Europa, la euforia en el vestuario era tal que Carletto no tuvo que dar ninguna instrucción más, que siguieran las cosas por el mismo cauce, pero….

 “Los jugadores gritaban ‘¡Vamos, podemos ganar! ¡Vamos chicos, lo estamos logrando!’. Los futbolistas que no estaban convocados ya se estaban poniendo las camisetas del triunfo debajo del traje... Les dejé que se calmasen y les hablé: ‘Contra los equipos británicos el partido nunca está acabado. Tengamos cuidado. 

No podemos, no debemos, caer en un colapso. Controlemos el balón y el juego. ¡Vamos, Milán!’. No dije ni más, ni menos”.

Pero Carletto tenía enfrente a un gran estratega, el “Gran capitán” de los banquillos, Rafa Benítez, en un movimiento a la altura del gran Gari Kaspárov, movimiento de torre (Hamman) por peón (Finnan) y todo empezó a teñirse de color Red. 

“En la segunda parte el Liverpool volvió al campo con un cambio que, entonces, no pareció modificar mucho la situación. Pero al volver a analizarlo, influyó de veras. Entró Hamann por Finnan, centrocampista por zaguero. Yo pensaba que iba a entrar Cissé. Una extraña táctica de Benítez... Ellos pasaron de un 4-4-1-1 a un 3-5-2 y eso modificó las fuerzas del centro del campo. Gerrard tuvo más libertad y limitaron a Cafú y Maldini con la posición más avanzada de Riise y Smicer”.



Se comienza a creer, los Reds dan un empujón a su sueño, se inicia la remontada, comienza el milagro

“De repente, el mundo se vino abajo. Un desmayo que duró seis minutos. Empezamos a tener dificultades para cubrir las bandas. El cambio de juego permitía más incursiones por parte del defensa lateral en el espacio liberado por Gerrard con entradas dobladas y desmarques de ruptura. En una de estas, Gerrard, marcó de cabeza. En el 2-3 de Smicer también desplazaron el balón de izquierda a derecha y se hizo patente la dificultad de nuestros centrocampistas para escalonar la cobertura. El Liverpool fue más agresivo y compacto que nosotros. De ahí la facilidad con la que Gerrard entró en el área con el apoyo de Baros y forzó el penalti del empate... Miré las manecillas del reloj, parecían correr hacia atrás. Estaba paralizado. Todo giró 180 grados...”.



Paralizado, sin poder imaginar lo que estaba sucediendo, Ancelotti no tuvo tiempo para la reacción todo iría abocado a los lanzamientos desde el punto de penalti.

“A menudo me preguntan qué pasó por mi mente durante la remontada del Liverpool. La respuesta es simple: nada, cero. Mi cerebro era el vacío del espacio exterior... Nos recuperamos pero llegó esa parada milagrosa de Dudek. Fuimos a los penaltis y miré a mis jugadores a los ojos. Vi que algo iba mal. Estaban pensando demasiado. Antes de lanzar un penalti nunca es una buena actitud. En ese momento supe que prácticamente estábamos acabados. Tras caer, ya en el vestuario, tuve poco que decir: ‘En términos morales, ganamos esta final. Si lo damos todo, algún día tendremos otra oportunidad”.

Pero Carletto es un inconformista y tenía en su mente que los rossoneri volvieran a reinar en Europa, casualidades de la vida fue contra el rival del Atatürk Stadium.

"Llegamos en el equipo a la conclusión de que aunque nos costase tiempo, volveríamos a una final y saldríamos triunfantes. Teníamos que reconstruirnos primero, fue el puzzle más difícil al que nunca me he enfrentado. Salimos incluso más fuertes y nos tomamos la revancha en 2007”.



Fuentes As.Com

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