The Lads: Mario Balotelli
El polarizante caso de Súper Mario.
Es difícil recordar en tiempos recientes un jugador que polarizara
tanto a la afición como lo ha hecho el italiano Mario Balotelli. Ni el mismo
Andy Carroll en sus inicios dividía opiniones en la forma que lo hace el N°45;
quizás haya que irse atrás hasta la llegada de Peter Crouch quien no marcó un
gol hasta el mes de diciembre, 18 partidos, y fue sometido a un constante
escrutinio de la prensa durante semejante racha, aunque probablemente no tan
severo como el del italiano debido al historial de ambos. Al final la opinión
de la prensa importa poco, y el verdadero juzgado es la afición, y es aquí
donde existe una línea claramente marcada, de un lado los que ponen sobre los
hombros del italiano todas las cosas que van con el equipo, y del otro lado,
aquellos que lo defienden a capa y espada sin importar que haga, o deje de
hacer, el atacante italiano. Pero la realidad es que quizás lo mejor sea
mantenerse en un punto medio, al menos por ahora…
El señalamiento a Mario Balotelli
tras cada mala presentación de los Reds se ha vuelto una constante. La prensa
ama a un personaje como Balotelli, y si no pueden tirarlo por el suelo con las
excentricidades que hace fuera de la cancha, pues buscan la forma de enlazar su
historial con su mal momento para de alguna forma justificar las evidentes
carencias del equipo, aunque las más preocupantes de estas estén en el extremo
opuesto a la delantera. Tampoco hay que hacerse la vista ciega y taparle todo a
Mario; pero lo que se dice en estos momentos del italiano ha pasado de críticas
justificadas a un ensañamiento excesivo.
Martin Skrtel, Dejan Lovren, Glen
Johnson y Simon Mignolet deben estar aliviados con la presencia del italiano en
el equipo ya que todos los focos van hacia él cuando se juega mal, a pesar de
las muy malas actuaciones que arrastra el cuarteto defensivo. No es secreto que
la zona más débil de la cancha Red es la defensa; podría alegarse que la falta
de protección a la defensa por parte del mediocampo la pasada temporada podía
ser un factor en la fragilidad defensiva, pero con lo visto esta temporada creo
que ese argumento puede desecharse parcialmente, y es que la debilidad e inseguridad del
fondo, entre otras cosas, han afectado muchísimo el funcionamiento de todo el
colectivo.
Lo malo
Balotelli ha pecado ya en varias
ocasiones de individualidad excesiva, pésima toma de decisiones al momento de
buscar a sus compañeros y hasta por momentos de una cierta apatía imperdonable
para un jugador que viste la camiseta del Liverpool. Aún cuando el servicio
para el italiano no ha sido del todo bueno con un Liverpool tan carente de
imaginación como en la última temporada de Dalglish, Mario tampoco se ha hecho
favores fallando goles a puerta vacía como ante el QPR; tampoco suma puntos al
cambiar camisetas con el rival a la vista de todo el mundo futbolístico cuando
el campeón de Europa te está dando un baile al descanso, tras dar muestras de
esa apatía que de repente le surge de forma intermitente. Y lamentablemente,
hasta aquí es donde parte de la afición ha decidido mirar sin fijarse en lo
demás.
Lo esperanzador
Balotelli ha forjado un fuerte
lazo con la mayor parte de la afición Red con sus constantes muestras de apreciación,
no solo en las redes sociales, sino también con hechos como por ejemplo, el más
reciente, tomarse el tiempo de firmar un balón para un chico en medio de una
sesión de entrenamiento extra que decidió tomar y tomarse una foto a la salida
con él. Y aunque muchos dirán que esto poco importa en la cancha, los kopites
estarán en desacuerdo, porque es en los más duros momentos que ha vivido Mario
en el campo con la camiseta Red que la afición lo ha impulsado más. Ante el QPR
tras fallar el gol a puerta vacía, y ante el Hull en una de las atajadas de
otro planeta que se inventó el guardameta Tiger, fue cuando la canción de Mario
Magnífico, Mario Fantástico resonó claro y fuerte en Loftus Road y Anfield para
hacerle saber al atacante que no camina solo.
No pasa su mejor momento Balo, pero la afición no lo deja caminar solo |
Todo esto sin embargo no
justifica la baja producción del italiano, pero solo basta mirar a la temporada
pasada para encontrar el denominador común para la falta de poder ofensivo del
Liverpool, aún en momentos cuando se contaba con un fuera de serie como Luis
Suárez, el jugar con un solo punta. Fuese Suárez o Sturridge, el equipo
producía menos cuando solo se jugaba con uno de estos, y al sustituir a ambos
con delantero de características completamente distintas, no es sorpresa que al
equipo le cueste tanto producir. Por más mentes creativas que se junten como
Lallana, Sterling o Coutinho, sin referentes arriba todo el trabajo se
complica. Y es allí cuando Balotelli constantemente se ve obligado a salir del
área a buscar balones e intentar cosas que claramente no son su juego.
La constante comparación con Luis Suárez se ha vuelto molesta. Como señala otro de los redactores de Esto Es Anfield, Jesús Ruiz (@jruiz8888): "Es anormal que esté fallando tanto, pero le falta confianza y tanta crítica le distrae; pese a eso trabaja aunque tenga ratos flojos. Suárez es calidad, talento, trabajo, fuerza, físico, inteligencia, esfuerzo, etc, un absoluto megacrack. Éste es talento, muchísimo, y del resto de vez en cuando, pero es bueno y hay que enchufarle."
No es secreto que con la entrada
de Lambert ante el Hull se viese a un Mario más cerca del área, sin la
necesidad de retrasarse tanto, y con un gran socio como lo fue Rickie los
minutos que estuvo en cancha, recibiendo de espaldas y bajando balones,
Sterling y Coutinho completando el diamante con Henderson y Gerrard, el equipo
volvió a lo básico, a esa fórmula que los volvió casi indetenibles la pasada
temporada, y que también se vio ante los Spurs cuando Balotelli jugó con
Sturridge y el italiano estuvo también cerca de marcar.
Mario necesita un socio en ataque, y Rickie demostró que puede serlo. |
Aún hay esperanzas para
Balotelli, y como ha advertido Didi Hamann, hay que saberlo llevar, porque un
paso en falso y podríamos quedarnos con la peor faceta de Súper Mario, esa
contra la que ha luchado desde que llegó a Merseyside. Con todos los factores
antes mencionados se vio por algunos minutos a un buen Liverpool, parecido al
que se espera una vez que vuelva Sturridge, con un Balotelli en el área creando
peligro, y es que si no es porque lo mirado un tuerto el sábado, hubiese
abierto su cuenta en Premier y con eso hubiese recibido finalmente por el que
tanto espero Peter Crouch en su momento.
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