Un maestro de escuela que llevó al Liverpool a ganar títulos.
Como Robin Williams en aquella gran película de Peter Weir y
con un guion espectacular de Tom Schulman, pues podíamos comenzar así este
texto para ponerle apuntes de poesía épica. Pues sustituimos a Robin Williams,
pongamos un profesor francés de Lille, más detalladamente, y sólo imagínense un
descanso en Dortmund, estaría bien que se hubieran puesto todos en pie y le
hubieran dicho a Gerard Houllier, “¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!”.
En aquel cuarto con olor a cuero, grasa para los balones y
con barro, allí estuvo Houllier, que fuera en su época uno de los inquilinos de
aquel mítico Boot Room que tuvo como grandes personas allí dentro como Shankly,
Paisley, Ronnie Moran o Roy Evans, en aquel santuario estuvo el bueno de
Houllier desde 1998 hasta 2004 fue quien dirigió a los Reds.
Houllier no fue red al llegar, como muchos otros, su amor por los colores de
Anfield vienen de años atrás. El técnico francés era maestro de esa lengua
romance en una escuela del Alsop School, un barrio muy humilde del Merseyside, donde llegó tras pedir completar sus estudios en la Universidad de Lyon con un año a la orilla del Mersey.
Pues Houllier tuvo la oportunidad de ir a ver al conjunto dirigido por Shankly
en 1969 al templo, Anfield le esperaba con un partido de aquella trituradora de
contrincantes, el Dundalk escocés se iba con un saco de goles 10-0, justo en un día como hoy, Houllier y sus acompañantes se quedaron boque
abiertos a los que allí estaban. Gerard que ya era aficionado del conjunto red cuando pasaba
aquellas tardes en su Lyon natal, aquel partido le quito las dudas, si las
había aún “Desde aquel día mi corazón siempre fui red”.
Años después Houllier recordaba aquel día de septiembre de 1969, en el que entró en The Kop con su amigo Patrice Bergues: "Supongo que fui al partido con Patrice ese día fue un toque del destino. Patrice había venido a pasar unos días conmigo porque yo estaba aquí por mi propia cuenta, por lo que decidimos ir a ver al Liverpool que jugaba contra el Dundalk. Lo que más me impresionó primero de todo fue el ambiente en el estadio. Estábamos en The Kop, y fue fantástico ver el incondicional apoyo de los aficionados. También me impresionó la energía que hubo en el partido, y la resistencia de los jugadores. Creo que 15 minutos antes del final del partido el marcador era de 8-0 y todavía Liverpool fue en busca más goles. De hecho, el marcador en el primer tiempo fue de 5-0. En Francia, si tu vas 5-0 arriba en el primer tiempo el partido ha terminado en el sentido de que no se intenta aumentar el marcador. No es como en Inglaterra"
Años después Houllier recordaba aquel día de septiembre de 1969, en el que entró en The Kop con su amigo Patrice Bergues: "Supongo que fui al partido con Patrice ese día fue un toque del destino. Patrice había venido a pasar unos días conmigo porque yo estaba aquí por mi propia cuenta, por lo que decidimos ir a ver al Liverpool que jugaba contra el Dundalk. Lo que más me impresionó primero de todo fue el ambiente en el estadio. Estábamos en The Kop, y fue fantástico ver el incondicional apoyo de los aficionados. También me impresionó la energía que hubo en el partido, y la resistencia de los jugadores. Creo que 15 minutos antes del final del partido el marcador era de 8-0 y todavía Liverpool fue en busca más goles. De hecho, el marcador en el primer tiempo fue de 5-0. En Francia, si tu vas 5-0 arriba en el primer tiempo el partido ha terminado en el sentido de que no se intenta aumentar el marcador. No es como en Inglaterra"
No siguió en las islas y volvió a su Francia natal, aquel
amante de Proust siguió siendo profesor, pero en ese momento comenzaba su
carrera hacía Anfield, sus clases las compaginaba con el titulo de entrenador. El equipo de
Nœux-les-Mines o "Les Mines" sería su primer medalla en el fútbol, ascendiéndolo de la
quinta división a la segunda división, los resultados no pasaron desapercibidos
para los grandes del fútbol francés, tras pasar por los grandes de la Ligue 1 y por la
selección francesa, le llegó la oportunidad, su Liverpool llamaba a la puerta
del técnico de francés.
Su puesto fue como segundo de Roy Evans, tras ser director
deportivo del equipo, se pensó en él como ayudante de Evans, poco duro aquella dupla, se hizo difícil aquel
tándem y Roy fue apartado y por consiguiente Gerardr Houllier, obtenía esa oportunidad que tanto soñó cada tarde mirando la ventana de aquella habitación de Thérouanne, cogía las riendas del
Liverpool. En noviembre de 1998 el Liverpool se ponía a por a las ordenes del
francés.
Una dupla que no consiguió llegar a donde querían, Houllier comenzó su camino en solitario y a cosechar títulos en Anfield tras aquella etapa.
Houllier se gano el corazón de los reds, ese corazón que
tantos disgustos le dio, pero que su amigo Phil Thompson fue un buen hombro en
el que apoyarse. Aunque su juego no fue vistoso y genero dudas, más algunos
encontronazos con prensa y afición, dejó los títulos (1, Fa Cup, 2 Copas de la
Liega, 1 Community Shield, 1 Uefa y 1 Supercopa de Europa), pero algo más
importante que los títulos, hizo debutar a un tal Steven Gerrard. “Yo iba
buscando alguien para la banda derecha y Steve Heighway me dijo que tenía un
chico en los sub-19 y allí fui a verlo. Después de cinco minutos me di cuenta
del chico que estábamos hablando y que cabría en la posición que yo quería”.
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