Balance temporada del Liverpool 2016-2017 por @Javi15195

by - mayo 23, 2017



Una dura temporada para Klopp.




Por Javier Cordero (@Javi15195)

La primera temporada completa de Jürgen Klopp al mando del Liverpool nos ha permitido conocer más a fondo algunos de los dogmas que desea implantar en este proceso de reconstrucción y afianzamiento de un equipo competitivo dentro de la élite. Ha sido más largo y problemático de lo que el entrenador alemán podía prever en un principio e incluso las dudas se han apoderado del equipo en más de una ocasión a lo largo de la campaña mermando así algunas de las cualidades más destacadas y prácticas que había mostrado. Como toda entidad que pretende evolucionar año tras año, es tiempo de hacer balance y de los ejercicios de autocrítica, reflexión, evaluación y reconocimiento de aquellos factores que pueden ser mejorables y otros a partir de los cuales se puede seguir creciendo.


EL CAMINO

Desde el inicio de la pretemporada no puede decirse que el equipo inglés no haya tenido un rumbo que seguir sino todo lo contrario. Durante este periodo se ha podido establecer una identidad que definiese los principios por los que iba a regirse y una base sólida que fuese válida en la fase competitiva. Algunos de estos principios vienen de la mano del entrenador, de su forma de entender el fútbol. Otros forman parte de ese cúmulo de experiencias de sus primeros ochos meses en Inglaterra para lograr una adaptación de sus ideas a las particularidades de la Premier League. A raíz de todo esto, el de Stuttgart tomó algunas decisiones con el fin de consolidar su modelo de juego:

  • De 4-2-3-1 a 4-3-3. Si el primer prototipo del Liverpool se caracterizaba (en parte fruto de su situación anímica) por aquel 4-2-3-1 carácter impulsivo y agresivo representado en esa presión kamikaze y esos ataques picudos y de mucho vértigo, el segundo año ha buscado un equipo más reflexivo y con mejores respuestas en el plano táctico bajo el 4-3-3. El nuevo sistema le aportó diversos beneficios, entre los que resaltan aquellos que se dan cerca de la portería contraria; un pressing más eficiente en el que se cerrasen muy bien los espacios existentes entre los jugadores rivales (presión en intervalos), se forzasen muchas pérdidas y se recuperasen muchos balones. Por otro lado, le ofrecería la posibilidad de ubicar a mucho hombre entre líneas para dominar el carril central, juntándolos en torno al balón para esas intervenciones que cambien el ritmo y desequilibren cerca del área.
  • La definición de Henderson. Tras una carrera marcada por la polivalencia y ese ser todo en el campo y nada en concreto a la vez, el capitán ha sido designado definitivamente como mediocentro con el propósito de aumentar su importancia. Una preparación estricta para asumir tal responsabilidad ha hecho que su cabeza y sus botas conozcan el juego. El rigor a la hora de colocarse y distribuir con criterio han sido una ventaja importante en el centro del campo, siendo la pieza clave para que el equipo funcionase.
  • Libertad para el ataque. Otra de las particularidades de Klopp en la fase ofensiva es dar rienda suelta a los futbolistas más dotados para generar peligro. Por ello, su tridente de ataque está compuesto por Mané, Firmino y Coutinho, todos con alma de segundo delantero: buena movilidad, capacidad de dañar en espacios reducidos y pegada. La compenetración y sentido asociativo de estos tres forja una sociedad creativa y desequilibrante. La segunda línea también tiene peso en la ofensiva: Lallana y Wijnaldum han hecho funciones de centrocampistas totales y la intención de ambos es jugar siempre hacia delante.


Bajo estas pautas y otras más, el Liverpool completó un primer tercio de campaña sorprendente que hacía ver al resto que la máquina estaba muy bien engrasada y que mirarían a la cara a cualquiera. El balón corría con sentido y hacia arriba a gran velocidad y el gran trabajo táctico para ocupar y generar espacios se hacía notar con intensidad. Se jugaba de memoria y con el paso de las jornadas se vio un equipo muy dotado para generar muchas ocasiones de gol y dominar durante muchos minutos los partidos. Así se lograron resultados muy satisfactorios ante rivales de entidad como el Arsenal, Tottenham, Leicester o Chelsea. Una presión inteligente y eficaz sobre el pase de salida del oponente, mucha inspiración para hacer circular el balón y dinamita cuando se trataba de contragolpear. Entre tanto engranaje se situaba Coutinho como pieza central de cualquier tarea productiva que realizasen los reds en el césped. Klopp le ha hecho comprender que los buenos deben participar lo máximo posible para que todo fluya y va mutando hacia un jugador con mayor capacidad de reflexión en la toma de decisiones, es decir, uno más apropiado para generar juego desde atrás. Moviéndose por la zona del interior izquierdo, fue la lanzadera que hacía volar. Hasta que la lesión truncó el ritmo de su equipo e hizo replantearse a Klopp ciertas cosas para prolongar el estado de forma.

La lesión de Coutinho marcó el inicio del declive

Tras la lesión del brasileño allá por noviembre, vimos un equipo igual en el fondo y muy diferente en las formas pues al ser la espina dorsal del sistema afectó al resto de factores que lo componen. En primer lugar desde la portería donde Loris Karius sufrió en sus propias carnes las dificultades de adaptación a la Premier League. Se le vio pequeño y timorato en la portería y ese estado de nerviosismo podía costarle caro a un Liverpool que tenía menos control en la medular y concedía más ocasiones. Por eso Mignolet recuperó el puesto y mostró lo fuerte que se había vuelto trabajando en la sombra. En cuanto a la retaguardia el hecho de consolidar una pareja de centrales por unas u otras circunstancias (lesiones, el tema burocrático de Matip...) no pudo darse y se perdió una estabilidad vital para no cometer errores y ser fiables sin balón. En el mediocampo, los recambios de Coutinho fueron Emre Can o Lucas Leiva, dos futbolistas que están muy lejos de ser el cerebro creativo en el campo lo que llevó a una circulación más pesada y lenta. Por su parte Firmino se quedó sin su mejor socio y Mané sin esos pases teledirigidos al espacio. Como decíamos, la lesión del número 10 brasileño repercutió en todas las zonas y aspectos del equipo.



Con esa serie de problemas y la falta de frescura se llegó al carrusel de partidos entre diciembre y enero. El juego practicado hizo justicia con los resultados al obtener solo una victoria en los siete partidos del primer mes del año. Los rivales fueron tomándole la medida y el repliegue intensivo fue la kryptonita que le alejó de los títulos muy pronto. Faltaba fluidez, ideas bienintencionadas e iniciativa para superar el problema con cierta suficiencia. En definitiva, surgieron las dudas sobre cómo afrontar las dificultades. Las actuaciones individuales de jugadores como Mané, Wijnaldum o Mignolet sostenían a un conjunto que se estaba desinflando.

El Liverpool 2017 mostró un fútbol justo de calidad pero sí mucha fe en el objetivo

Sin embargo se era consciente de que sus rivales tenían problemas deportivos semejantes y la desventaja de dividir atenciones a más competiciones. Con solo la liga por delante había que resguardarse en la motivación y el convencimiento de que lograrían sus propósitos de un modo u otro. Para ello el grupo debía recuperar sensaciones, primero mediante esas fechas marcadas en rojo en el calendario que tanto le refuerzan y después integrando al recuperado Coutinho en la dinámica, algo que tardó en llegar. El tiempo corrió en su contra y también los imprevistos de las lesiones por lo que a Klopp se le denegó la armonía que mostraba su equipo al inicio. Fue el crecimiento individual de algunos de sus puntales lo que permitió al Liverpool imponerse a la adversidad los últimos dos meses de campaña y conseguir el billete para la Champions League.



PUNTOS POSITIVOS


  • Objetivo cumplido. Obviamente es la mejor noticia de la temporada. El Liverpool se caracteriza por tener una plantilla falta y necesitada de experiencia para probarse ante los mejores del continente. Además la clasificación supondría tener un mercado en el que adquirir futbolistas de mayor dimensión para ser más competitivo.



  • De tú a tú ante los grandes. Los reds se han ganado el derecho a ser tratados de usted cuando se viste de etiqueta en las fechas señaladas. Everton, United, Arsenal, City, Tottenham y Chelsea no pudieron doblegarle en ninguno de sus partidos gracias a su compostura y determinación sobre el campo. Se notó y con creces la buena preparación y elección de los planteamientos por parte de Klopp fruto de su gran conocimiento de los rivales.



  • El sentido de unidad equipo-afición. Al fin el binomio Liverpool-Anfield se ha transformado en un todo indivisible y fundamental para seguir creciendo en el futuro. Los aficionados conocen de buena mano la personalidad del entrenador y aquello que busca en ellos para que exista un feed back muy positivo y todos remen en la misma dirección. Se tiene paciencia y confianza en un proyecto ideado a largo plazo y que debe dar un salto de calidad esperado.

  • Reparto goleador. Al irse Luis Suárez y verse tan lejana la opción de recuperar a Sturridge para la causa, el Liverpool se quedó huérfano (a diferencia de sus oponentes directos) de un jugador de +20 goles por temporada. Conscientes de ello varios futbolistas se han esforzado para compensar este déficit y aportar en la definición. Algunos se quedaron en el intervalo de los 5-10 goles como Milner, Emre Can, Wijnaldum, Sturridge y Origi mientras que el tridente Mané-Firmino-Coutinho superó la decena de tantos, no siendo ninguno un especialista de cara a portería.

  • Philippe Coutinho. El brasileño ha hecho la temporada de su vida gracias a su evolución más que por su nivel. Klopp no solo ha valorado y potenciado su talento sino que le ha dado una vuelta de tuerca a su modo de percibir el fútbol y le ha hecho un futbolista más global, con más presencia y repercusión en el juego. En definitiva, un jugador más determinante y evolucionado capaz de cumplir más funciones en el campo.



PUNTOS NEGATIVOS


  • La defensa. Pasan las temporadas, pasan un gran número de defensores por el club y no hay un gran atisbo de mejora en esa parcela del campo. Parece inexplicable este mal endémico que no logra sanar el club (Matip en cambio ha puesto de su parte) y que se ha instalado desde que Reina era custodiado por los Skrtel, Carragher y Agger en plenitud futbolística. Y de eso hace casi 10 años...



  • Las lesiones. A pesar de haber completado una pretemporada completa el entrenador alemán no ha podido evitar estos inconvenientes, de gran magnitud si tenemos en cuenta quiénes han sido los perjudicados: Henderson, Lallana, Coutinho, Mané... Futbolistas capitales dentro del estilo de juego que han trastocado el buen hacer del Liverpool y que ha tenido su efecto en los siguientes puntos que expondremos a continuación.



  • El banquillo y su aporte limitado. Klopp diseñó la plantilla a su imagen y semejanza luego este debate tiene pocos argumentos a su favor. En primer lugar porque la activación de los menos habituales no ha sido la adecuada y eso hace ver la poca confianza que se le tiene a día de hoy al equipo B, ya sea por la inexperiencia (Woodburn, Arnold, Grujic) o por su falta de feeling futbolístico (Moreno, Klavan). El hecho de reducir posibilidades conlleva una mala gestión de los cambios y también muy poca repercusión cuando se realizan, faltaban recursos para cambiar las situaciones de partido adversas. En definitiva, la confección de la plantilla ha podido ser mejorable así como su gestión. Ha mostrado dudas y más jugadores de lo imaginado no han sido preparados para al menos contar de vez en cuando.



  • Flexibilidad en la idea. El alemán es un entrenador bastante ortodoxo y fiel en lo que a sus ideas se refiere. Entiende que es complejo transmitir su filosofía y más aún que arraigue en el interior de los suyos por lo que la tiene presente en cada entrenamiento y cada partido. Quizá por eso peca de rigidez en su manera de ver el fútbol y le cuesta cambiar el rumbo, más si es bruscamente. El fondo de armario se le quedó corto, como explicábamos en el anterior punto; la perspectiva y una visión más particular del contexto también. Al Liverpool le tomaron la medida muchos equipos durante 2017 y siempre ofreció las mismas respuestas, todas ellas demasiado previsibles. Se echó en falta más ingenio y variedad en la dirección de campo para marcar la diferencia pues ante el mismo problema no le funcionaba dar siempre la misma solución.



  • Daniel Sturridge. En plena forma, delantero titular para algún grande de Europa y como suplente uno de los hombres más capacitados para revolucionar cualquier partido. Sturridge no se ha quedado ni a mitad de uno ni a mitad de otro, simplemente se ha quedado. Los problemas físicos que arrastra parecen insalvables y ha perdido esa confianza del entorno que era casi todo en él. Hasta el momento su estancia en el equipo ha servido (se supone) para mantener unido el vestuario, futbolísticamente hay poco que decir. La moral y el nivel es la del  eterno lesionado.




-EVALUACIÓN DE LA PLANTILLA-


Sobresaliente

Simon Mignolet. la suplencia le hizo recapacitar. Ha terminado de ser decisivo, ganando protagonismo y mostrando cosas nunca antes vistas en él, como su determinación y seguridad en los balones aéreos. Junto a ello, sus muy buenos reflejos y capacidad de estirarse para llegar a balones que parecen imposibles. Mignolet ha crecido.

Sadio Mané. Era de sobra sabida su compatibilidad con el modelo de juego pero no de su nivel. A su dominante potencia física le ha añadido un punto más de finura con la pelota y como resultado, un gran acierto goleador y uno de los fichajes del año en la Premier. Ha sido un martillo.

Adam Lallana. Talento desencaminado que por fin ha encontrado el rumbo. Debía responder a la confianza asumiendo responsabilidades y lo ha hecho: lanzando la presión, moviéndose, asociándose, llegando, asistiendo o marcando. Representó una fuente de ventajas por su lectura y dominio técnico. Su confirmación.

Coutinho. Caso similar al de su compañero Adam, canalizó de forma magistral su fútbol y dejó atrás la intermitencia y la irregularidad. Se ha ganado a pulso ser la piedra angular del proyecto.



Notable

Jordan Henderson. Sus problemas físicos han dejado algo vacío a la medular red. Ya como mediocentro, ha dado exhibiciones de posicionamiento, gestión del balón y capacidad de robo. Comienza a hacer muchas cosas bien en una posición tan comprometida como la suya.

Giorginio Wijnaldum. De menos a más. De ser un complemento ideal a ser un centrocampista de buenas cualidades físicas, tácticas y técnicas. Además marcó goles importantes.

Roberto Firmino. El brasileño ha bajado un poco sus prestaciones con respecto a un año atrás, afectándole como pocos la baja de su compatriota. Su regularidad no ha sido tan clara y se ha mostrado menos autosuficiente aunque está muy adaptado a su papel de 9 y al estilo de juego de Klopp, demostrando que no solo es un buen atacante sino que también es un buen defensor a la hora de realizar la presión. Recuperó muchos balones para ser un delantero.

Joel Matip. Un central que contagia su serenidad y compostura a la hora de defender. Limpio sacando la pelota y dominante por arriba, fue el mejor defensor.

Emre Can. Futbolista hecho para los partidos grandes. A pesar de tener déficits con balón que no logra pulir, en términos de presión, recorrido, tackle y chocar con el rival es garantía de éxito. Ideal para partidos de gran exigencia física.

James Milner: fuera de posición y con dificultades para asistir, lo que le generó una limitación en su fútbol y en el del Liverpool FC. A pesar de ello ha demostrado ser muy aplicado en términos ofensivos y defensivos. Cumplió con creces.



Bien


Nathaniel Clyne. El impacto del internacional inglés se ha visto bastante mermado con respecto al año pasado a pesar de zar de todo el carril derecho. Le faltó más atrevimiento y descaro para materializar sus numerosas incorporaciones por el costado. Puede ser un lateral con más peligro en sus botas.

Dejan Lovren. El central croata ha ganado en conceptos defensivos aunque su posicionamiento y concentración le juegan malas pasadas. Demasiado fallo individual que suele afectar a su confianza.

Lucas Leiva. Hombre de club, ha mostrado un gran compromiso para jugar bien cuando se le necesitaba  sea de central o de mediocentro.  Hombre importante en el vestuario.

Divock Origi. El belga es un delantero con condiciones pero sin decisión. Puede hacer jugar bien a los de alrededor pero este año ha tenido serios problemas para orientarse a portería, algo que condiciona a un equipo sin especialista goleador. De momento él no es esa figura.



Suficiente


Marko Grujic. Su primer año ha sido de adaptación y una lesión le apartó bastante tiempo de los terrenos de juego. Aún asì al joven centrocampista serbio le espera un buen futuro con su buen manejo de balón, llegada y buenos desplazamientos y golpeos.

Alberto Moreno. Desde el primer partido de liga ante el Arsenal ha contado poco en los planes de Klopp y apenas ha participado. No ha logrado hacerse dueño del lateral izquierdo y ha sido utilizado como extremo izquierdo saliendo desde el banquillo y teniendo poco impacto en los acontecimientos.

Trent Alexander Arnold. Su toma de contacto con el primer equipo ha sido satisfactoria y parece que seguirá contando con minutos en el futuro. Se espera que el polivalente jugador inglés aparezca más frecuentemente y sea el nuevo símbolo scouser, un hombre de la casa que sienta el escudo y vuelva a ser importante para el club.

Ben Woodburn. El mediapunta galés de solo 17 años ha experimentado un gran crecimiento en su carrera a pesar de su corta edad. Aunque aún no ha jugado fue convocado con la absoluta de Gales y parece una apuesta segura del país, mientras que en Liverpool ha entrenado con la primera plantilla durante toda la temporada. Su estilo parece casar muy bien con la idea que ha plasmado Klopp.

Ovie Ejaria. Su fútbol posee menos madurez que el de los dos compañeros anteriores pero muestra personalidad a la hora de jugar. Centrocampista dispuesto a recibir el balón, buena movilidad sin él y despliegue a la portería contraria. Necesita contar con más minutos para prever su verdadero potencial.



Insuficiente

Daniel Sturridge. Las lesiones han mermado todo su potencial y ahora mismo denota fragilidad física y anímica. Está lejos de ser un delantero útil y eficaz para los intereses del equipo.

Loris Karius. Lo que parecía una apuesta segura para la portería durante los próximos diez años ha quedado, de momento, bastante lejos de cumplirse. Las particularidades de la Premier League han hecho mella en él hasta mostrarse un tipo muy inseguro bajo los palos lo que le llevó a perder la titularidad muy pronto. Su evolución debe ser grande si quiere entrar en la dinámica.

Kevin Stewart. Se le hizo la ficha de la primera plantilla para poder rellenarla y así ha sido. El ex del Tottenham no ha aportado mucho más por una sencilla razón: su fútbol es muy limitado. Y más si estamos hablando de un mediocentro. Un pasador deficiente, de poca cintura y muy poco destacado en el ámbito táctico; su único punto a favor es el de destruir el juego rival sin ser un experto metiendo la pierna. Cualidades muy justas para las funciones que suelen cumplir sus semejantes.

Ragnar Klavan. Con edad de veterano y sin haber tenido experiencia en grandes equipos llegó a un club que buscaba la clasificación a la Champions y se vio que no daba el nivel para cumplir. El tercer central de la plantilla jugó demasiado y se vio superado en más de una ocasión por la situación del partido, cometiendo errores individuales impropios del club y del objetivo que se pretendía alcanzar. No dio la talla.



Sin evaluar

Joe Gomez. Las lesiones le han azotado pronto y no hemos podido ver a ese central (o lateral) que fue la mejor noticia del último periodo negro de Rodgers en el banquillo. Tiene potencial (aún tiene 20 años) para ser un fijo en el Liverpool y en la selección inglesa.

Danny Ings. Otra fatídica rotura del ligamento de su rodilla ha privado al equipo de contar con un delantero que contagia el carácter ganador que hace falta para portar semejante camiseta. Si vuelve a ser el que era demostrará que no le queda grande el desafío.

Sheyi Ojo. Su estilo de juego le puede generar dificultades. El más extremo de todos, su productividad sube cuando puede desbordar cerca de la cal. Este tipo de jugador no es del agrado de Jürgen, más propenso a tener mediapuntas que se muevan mucho por el carril central.

Connor Randall. De buen físico y justo de calidad, se antoja difícil que pueda ser un recambio de garantías para el indiscutible Nathaniel Clyne.

Manninger. Llegó como tercer portero para aportar su experiencia y visión del fútbol a sus dos compañeros. Con Karius no tuvo su efecto pero Mignolet parece que ha tomado algún consejo del veterano guardameta.

Harry Wilson. No ha tenido chances de participar en el primer equipo pero su acierto goleador en el equipo sub-23 hacen que se le tenga al menos en cuenta de cara a un futuro no muy lejano.





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